La caída del precio del crudo y de la inversión extranjera colapsa la economía venezolana

La economía venezolana entró al peligroso túnel de la recesión que tras la caída de los precios petroleros de enero viene ahora a hundirse con el frenazo de las inversiones extranjeras y de las operaciones bursátiles después del fallido golpe de Estado del 4-F.Al empezar el año las finanzas del Gobierno de Carlos Andrés Pérez sufrieron el primer golpe, una pérdida de 3.000 millones de dólares en el ingreso petrolero por la disminución de los precios del crudo. Los planificadores venezolanos -entre ellos Miguel Rodríguez, que hace una semana fue destituido- habían calculado vender para 1992 el barril a 19 dólares con una exportación de 1,950 millones de barriles diarios. No obstante, el destino les hizo una mala jugada. El barril criollo apenas se está vendiendo a 13 dólares promedio.

En consecuencia, el presupuesto nacional tuvo que ajustarse a las nuevas condiciones con unos recortes que han afectado principalmente al sector de la construcción, que representa el 40% de la actividad interna.

El año pasado el crecimiento económico fue del 6% y en 1992 se espera que siga retrocediendo. Pero el Gobierno exhibe como un gran logro haber aumentado sus reservas internacionales acumuladas a 13.000 millones de dólares, lo que no significa un éxito de su productividad interna, sino préstamos (8.000 millones de dólares) otorgados por el FMI, Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que los deberá pagar dentro de tres años y que aumenta la deuda externa.

El diputado socialdemócrata Carmelo Lauría revelé ayer la cruda situación: "El fisco nacional colapsé. Nos hemos financiado del petróleo y éste se cayó. Mientras no recortemos el gasto público, no podremos tener un equilibrio macroeconómico. Simplemente no tenemos los ingresos necesarios para soportar el gasto".

En realidad, el déficit presupuestario de este año está en el orden de los 200.000 millones de bolívares (unos 333.000 millones de pesetas), lo que incidirá negativamente en los planes de desarrollo previstos, pues el Gobierno no ha mostrado intencionesde recortar los gastos improductivos de la Administración pública ni disminuir la sangrienta nómina de los burócratas porque, aun cuando no lo confiese, se avecinan las elecciones municipales y de gobernadores en diciembre próximo.

A esta mala jugada petrolera se añaden los efectos psicológicos de la frustrada asonada militar del 4-F. Las inversiones extranjeras directas sufrieron una caída estrepitosa en el primer trimestre del año. En enero se registraron 121 millones de dólares, en febrero 72 millones y en marzo nueve millones.

Para seguir en la pendiente, la Bolsa de Valores cayó en un 30% sin recuperación inmediata a pesar de los deseos de rectificación del Gobierno. El mercado bursátil es un termómetro de la situación actual.