John Major nombra un nuevo Gobierno británico que rompe con la herencia de Margaret Thatcher
El victorioso primer ministro británico, John Major, nombró ayer un nuevo Gobierno que acaba con los últimos vestigios del thatcherismo. Michael Heseltine, el hombre que derribó a Thatcher, se encargará del Ministerio de Industria y Comercio, del que se va el thatcherista Peter Lilley, desplazado a Seguridad Social. En el Ministerio del Interior entra Kenneth Clarke, hasta ahora ministro de Educación. El ex ministro del Interior Kenneth Baker, otro hombre de Thatcher, queda relegado a la condición de diputado de a pie, igual que Tom King, a quien Malcolm Rifkind sustituye en Defensa. Douglas Hurd (Exteriores) y Norman Lamont (Finanzas) se mantienen. Dos mujeres, Virginia Bottomley y Gillian Shephard, entran en el Gobierno.
La composición del nuevo Gobierno indica que las restricciones presupuestarias del thatcherismo han terminado. Los dos nuevos pesos pesados del Gabinete, Heseltine y Clarke, son partidarios de un generoso gasto público como trampolín para la recuperación económica. También queda claro que Major quiere desempeñar un papel activo en la sociedad civil con la nueva cartera del Patrimonio Nacional, un superministerio que aglutina deportes, arte, patrimonio cultural y la BBC.Este ministerio, que el propio Major llama coloquialmente ministerio de la diversión, tendrá la misión de retomar el papel del Estado como animador cultural, función que durante el thatcherismo quedó por completo en manos del sector privado. El ministro de la diversión es David Mellor.
La gran figura del nuevo Gabinete es Michael Heseltine, hasta ahora titular de la discreta cartera de Ambiente. Este editor multimillonario, de cabello rebelde y oratoria florida, no sólo era un enemigo personal de Thatcher. También era, como partidario del proteccionismo industrial, un enemigo ideológico. Dimitió como ministro de Defensa hace cuatro años porque la entonces primera ministra no estaba dispuesta a proteger la industria militar británica frente a la competencia internacional.
El nombramiento de Heseltine como ministro de Industria, Comercio y Energía (el antiguo Ministerio de Energía queda absorbido) indica que la era del liberalismo a ultranza ha terminado, y que el Estado británico adoptará un papel protagonista en la actividad económica. La primera función de Heseltine será limitar, con subvenciones si es necesario, el aumento del desempleo (que ya afecta a casi tres millones de personas). El Ministerio de Empleo queda en manos de Gillian Shephard.
Otros dos personajes destacados que entran en el Gobierno son Virginia Bottomley y Michael Portillo. Bottomley, hasta ahora directora general de la Salud, asciende a ministra de Sanidad, una de las carteras mimadas por Major. Portillo, de 39 años, hijo de un republicano, español refugiado en el Reino Unido, es el principal aspirante a liderar el Partido Conservador en la próxima generación. Fue el encargado de aplicar el poll-tax, y es significativa su supervivencia tras un empleo tan incómodo. Ahora ocupará la Secretaría del Tesoro, un cargo de máxima influencia como puente entre Major y el canciller del Exchequer.
El nuevo Gobierno es el siguiente: Exteriores, Douglas Hurd; Finanzas, Norman Lamont; Tesoro, Michael Portillo; Interior, Kenneth Clarke; Ducado de Lancaster, William Waldegrave (que pasa de Sanidad a un puesto simbólico); Ambiente, Michael Howard; Defensa, Malcolm Rifkind; Transporte, John McGregor; Educación, John Patten; Sanidad, Virginia Bottomley; Seguridad Social, Peter Lilley; Empleo, Gillian Shephard; Industria, Energía y Comercio, Michael Heseltine; Patrimonio Cultural, David Mellor; Agricultura, John Gummer; Escocia, Ian Lang; Gales, David Hunt; Ulster, Patrick Mayhew.
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