Serra reclama el apoyo de los sindicatos para sacar adelante el plan de convergencia con Europa

El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, reconoció ayer en Bilbao que el plan de convergencia con Europa se frustrará "si la sociedad no se moviliza en la dirección" marcada por el Ejecutivo. Serra reiteró a los sindicatos y los partidos su "oferta de diálogo sosegado" para alcanzar "puntos de encuentro" que permitan sacar adelante el plan. No obstante, advirtió que el Gobierno "tomará todas las medidas que sean necesarias para que España esté en el núcleo central de países europeos que van a construir la unión económica y política". La oposición de los sindicatos, especialmente de UGT, al plan de convergencia ha producido un malestar generalizado entre los dirigentes del PSOE.

Narcís Serra calificó las medidas recogidas en el plan de convergencia -entre las que se encuentra el recorte del subsidio de desempleo- como "razonables y de sentido común". A la pregunta de si le parecía una buena carta de presentación ante Europa las movilizaciones anunciadas por UGT y CC OO contra el decreto sobre la prestación de desempleo, Serra comentó que era "optimista" ante la respuesta sindical a la oferta de diálogo del Gobierno.Con todo, Serra reiteró que la medida era "necesaria, porque se ha de garantizar que el gasto público es controlable" y no entra en contradicción con los acuerdos comunitarios de Maastricht. Asimismo, el vicepresidente no descartó que durante la tramitación del proyecto de ley sobre el plan de convergencia se produzcan modificaciones al texto inicial y recordó que ahora se abre une periodo de "intercambio de puntos de vista con los agentes económicos y sociales".

Mientras tanto, la noticia procedente del Partido Popular, según la cual UGT habría comunicado a ese partido parte del contenido del discurso del presidente del Gobierno, Felipe González, en el pasado debate sobre el estado de la nación, ha producido una gran irritación en el PSOE. "Está claro que Nicolás Redondo va directamente a por Felipe González", manifestó ayer un relevante miembro de la ejecutiva. El malestar contra la dirección de UGT sólo queda matizado por leves críticas de algunos dirigentes regionales y de miembros de la ejecutiva sobre la "mala presentación, al haber empezado por las medidas restrictivas".

Los dirigentes socialistas repiten una y otra vez que este es un momento para esconder las rencillas internas a la vista de que "ya no existen aliados para el PSOE y para el Gobierno". En esta línea de aparente concordancia, dirigentes regionales desvelaron que anteayer el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, se entrevistó en la sede federal del PSOE con el vicesecretario general, Alfonso Guerra. Esta reunión llama la atención por el distanciamiento que se había producido entre ambos políticos en los últimos 12 meses.

Dirigentes provinciales y regionales del PSOE consultados ayer en el Congreso transmitían expresiones duras respecto a la cúpula de UGT, pero mostraban resistencia a descalificar a UGT como colectivo, toda vez que en muchas provincias las relaciones entre dirigentes del PSOE y de UGT son "fluidas".

"Huelga general imposible"

Un relevante dirigente socialista, muchos años vinculado a UGT, achacaba la actitud del sindicato a posiciones de "debilidad" y lo argumentaba de la siguiente manera: "Igual que será imposible que nadie vuelva a obtener 10 millones de votos, tampoco será posible una huelga general como la del 14-D, y como los sindicatos lo saben tienen esa actitud de crispación".

Dirigentes del Grupo Parlamentario Socialista, por su parte, rechazaban la imputación de UGT respecto a que el Gobierno ha actuado con hechos consumados en cuanto al recorte del desempleo y señalaron que los sindicatos "no han querido el diálogo y lo han demostrado al hacer fracasar las mesas de negociación".

Desde la ejecutiva federal, no sin cierta irritación, se afirma que, hasta ahora, el partido y el Gobierno han ido a la zaga de los sindicatos, y que ahora ya es tiempo de tomar la iniciativa, al estar persuadidos de que en la cúpula de UGT está "el primer adversario político del partido y del Gobierno al recomendar que no se vote al PSOE". Estos mismos interlocutores son tajantes al señalar que "Nicolás Redondo va directamente a por Felipe González" y lo argumentan, al margen de claves sindicales, situando la cuestión de fondo "en la pugna por el poder dentro del ámbito socialista".

Una vez más parece funcionar la llamada a rebato en el PSOE cuando se da la voz de alarma, ya que las críticas no pasan de ser muy tímidas y se hace abstracción de la pobre opinión que existe en la dirección del PSOE sobre la actuación de algunos ministros.

Aunque no dudan desde la dirección socialista en defender el plan de convergencia, e incluso dan casi por seguro que en las próximas semanas habrá una campaña de explicación desde el partido, algunas voces calificaban de "torpe" la manera de presentar las medidas al haber empezado por los elementos restrictivos.