Luz y agua
Una vez más, el debate sobre el estado de la nación ha pasado al limbo de las buenas intenciones. Ya duerme en las hemerotecas, donde yacen otros como él. Atrás quedan los rumores y las palabras y alguna que otra rabieta presidencial y su correspondiente desplante, y, en el fondo, ese sabor agridulce que a muchos ciudadanos nos queda, suavizado en parte por la lección valiente y solidaria de los mineros leoneses, que ya vuelven a casa y a la mina con las alforjas de la dignidad repletas. Volvemos a la vida diaria. Nuevas nubes surcan el cielo de nuestra España. Nubes repletas de retórica y de palabras. Desde esta humilde atalaya ... sólo pedimos luz, y ... agua.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.