Teófilo Serrano visita hoy a Felipe González para recabar su apoyo en la crisis de la FSM
Teófilo Serrano, secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM), visita hoy a Felipe González en La Moncloa, a petición expresa del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, para conseguir su apoyo a la solución de la crisis de¡ partido en Madrid. Serrano quiere resolver la guerra abierta en la FSM a lo grande y evitar la convocatoria de un congreso extraordinario. Un consejero de Joaquín Leguina lo ve inevitable: "No hay más remedio". "Dios nos libre del congreso", replica un diputado regional del sector acostista.
Teófilo Serrano, que no ha conseguido un pronunciamiento oficial de la ejecutiva federal del PSOE sobre la situación crítica de la Federación Madrileña, sí ha comentado el problema con el presidente del Gobierno y con el vicepresidente, Narcís Serra.Serrano quiere contarle a Felipe González que la ejecutiva regional no puede funcionar en la situación actual. El secretario general de la FSM ha pedido un censo de los militantes de su Federación y no le ha sido facilitado. Serrano ha tenido que llamar a la sede del PSOE para saber cuantos socialistas tienen carné en Madrid.
Fuentes próximas a Serrano señalan que éste quiere ejercer su cargo y para ello necesita o remover de sus puestos a algunos de los miembros de la ejecutiva regional o convocar un congreso extraordinario.
Más disputas que trabajo
Los socialistas madrileños gobiernan en la Comunidad, en los principales municipios de la región y son la oposición más numerosa al alcalde de Madrid. Sin embargo, muchos admiten que son más conocidos por sus disputas que por su trabajo político."Las circulares internas se pierden; nadie entiende las cuentas", alega un militante leguinista para reflejar su opinión sobre la autonomía con la que se mueven los secretarios de organización, Francisco Cabaco, y de administración, José María López. Para recortar el poder de estos cargos acostistas se aprobó hace dos meses un reglamento que les colocaba bajo una dirección colegiada, en la que quedaron en minoría.
Desde el último comité regional de la FSM, celebrado en noviembre, el PSOE madrileño cuenta con una mayoría que aglutina el 70% de los apoyos. Los partidarios de Serrano, y del presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, junto con los militantes de la corriente Izquierda Socialista, derrotaron al presidente de la federación, José Acosta, próximo al sector guerrista.
La declaración de guerra oficial, pese a todo, se posterga hasta la tarde del próximo miércoles, cuando la reunión de la ejecutiva regional analice la necesidad de un congreso extraordinario. Nadie admite, sin embargo, desear este congreso.
El presidente del PSOE madrileño salió corriendo el 30 de enero calle de Santa Engracia abajo y se cruzó con los periodistas.
-¿A dónde vas, Pepe? ¿Ya ha terminado la reunión? -le preguntaron.
-No -gruñó Acosta-, ahora vuelvo.
Sus partidarios salieron en tropel poco después. "Han cambiado las reglas del juego a la mitad del partido. Nos vamos para pedir el amparo de la Ejecutiva Federal", protestaron contra el reglamento.
Acosta, gran aficionado a la música, ha dicho que los enfrentamientos políticos en el PSOE son como el Bolero de Ravel, que siempre se repite, pero cada vez con más intensidad.
"Políticamente es una barbaridad; la FSM va a salir triturada", señala Lucas Fernández, parlamentario en la Asamblea de Madrid erigido en portavoz de los acostistas, que se niega seguir negociando bajo la presión de un congreso.
Un miembro del Gobierno de Leguina bromea: "A los acostistas les pasa como al bebedor que decidió no poner más soda en el vaso tras comprobar que, tanto con el whisky como con la ginebra se seguía emborrachando". Con o sin soda, "hay un 75% de posibilidades de que haya congreso extraordinario", sostiene.
Manuel de la Rocha, encuadrado en la corriente Izquierda Socialista, también cree que el congreso extraordinario es una mala solución para el partido y para la FSM.
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