Alianzas y mediaciones
Teófilo Serrano, que dejó la Administración del Estado para desbancar a Leguina de la secretaría de la FSM, llegó al PSOE de Madrid con la etiqueta guerrista en la solapa. Los acostistas le alzaron al liderarzgo con la esperanza de que les ayudaría a barrer a Joaquín Leguina de la organización. Sin embargo, el noviazgo duró poco y Serrano se alió a los pocos meses con los leguinistas, que le apoyan "por ética y por estética" en la convocatoria del congreso extraordinario.Virgilio Cano, consejero de Cooperación y vicesecretario general de la FSM, matiza que "las llamadas a la reflexión que lanza Teófilo Serrano no deben entenderse como un signo de debilidad".
Otros leguinistas sostienen que "con los guerristas pata negra" no hay manera de llegar a un acuerdo. "En el fondo se trata de liquidarnos a nosotros [a los leguinistas] y a lo que representamos en el partido; pero primero tienen que ir contra Teófilo; hasta nos han tentado para que le diéramos la espalda", sostiene un alto cargo del Ejecutivo autónomo.
Antes de que la Comisión Ejecutiva de la FSM se reúna el miércoles para dar el pistoletazo de salida al congreso extraordinario, el secretario de Organización del PSOE, Txiki Benegas, va a intentar una última mediación entre Acosta y Serrano. Sin embargo, Benegas no es aceptado como mediador por los leguinistas, que le consideran "demasiado próximo a Alfonso Guerra", vicesecretario general del partido y que apoya a José Acosta en la Ejecutiva Federal.
"Un congreso extraordinario no es plato de gusto para nadie, pero el efecto que produce el enfrentamiento actual es igual de malo", concluye un militante de la FSM.
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