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Walesa pide en Bonn más inversión alemana en Polonia

La visita oficial a Alemania del presidente polaco, Lech Walesa (la primera de un jefe de Estado desde la constitución de Polonia en 1918) ha puesto sobre el tapete la ambigüedad de las relaciones entre estos dos países de difícil vecindad y la realidad política actual que les empuja cada vez más a una activa cooperación, que Walesa quiere traducir en marcos. El presidente alemán, Richard von Weizsäcker, confirmó ante su invitado que Bonn apoya la pretensión polaca de ingresar en la Comunidad Europea antes de fin de siglo "para potenciar la misión del bloque occidental en Europa del Este".

Walesa, que llegó el domingo por la tarde a Bonn, ha sido recibido con las máximas antenciones protocolarias. Su viaje, que concluirá el miércoles, le llevará a Münich, Postdam, Berlín y a la ciudad fronteriza de Francfort del Oder.Las relaciones entre los dos países atraviesan ahora uno de los mejores momentos de la historia. Las suspicacias entre los pueblos, sin embargo, perviven, y las facturas aún no liquidadas del pasado más reciente estarán sobre la mesa durante la visita. Pero el punto clave del viaje es el tema económico. Walesa viene en busca de más inversión alemana para su país. En comparación con los otros dos países colchón que separan a Europa Occidental de la desintegrada Unión Soviética (Checoslovaquia y Hungría), Polonia es la que menos inversiones alemanas ha recibido. Menos de un tercio de todas las empresas mixtas polacas son alemanas y el total del capital germano invertido en Polonia no supera los 250 millones de marcos.

En medios financieros existe una cierta reticencia a embarcarse al otro lado del Oder. El constante aplazamiento de la deuda contraida por Varsovia, que últimamente no paga ni siquiera los intereses, ha creado una cierta desconfianza entre los inversores, como reconocían ayer fuentes de la patronal alemana. A escala gubernamental, sin embargo, parece haber total consenso en la necesidad de integrar a Polonia en la Europa próspera como protección ante el colapso que se extiende en el antiguo imperio soviético.

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