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Reportaje:

La puerta del tiempo

Un mercado con joyas, incensarios, arcones, grabados de botánica... y un reloj pornográfico

Anticuarios y almonedistas -brocanteurs, como les gusta llamarse- de toda España ocupan estos días la quinta planta del Mercado Puerta de Toledo (sito en la plaza del mismo nombre), en una feria que cumple su segunda edición. Los primeros exponen, compran, venden y truecan sus tesoros. Lo han hecho hasta ayer, 29 de marzo. Desde el día 31 de este mismo mes, y hasta el 15 de abril, los almonedistas toman el relevo. Una feria donde lo más barato puede costar 5.000 pesetas y lo más caro dependerá del caprichoso carácter de los coleccionistas.

Primer día de una feria titulada Viaje a través del tiempo. Vene rando Lamas, titular de Antigüedades Ros, con sede social en Orense, revolotea inquieto entre las 25 firmas de anticuarios par ticipantes. Ya hubo tiempo de mirar, "comprar, vender y cam biar. Esto es una feria, ¿no?". Este incansable rastreador de lo veterano, oficio que ejerce desde el año 1953, fue presidente de la Asociación de Anticuarios y es miembro del comité de expertos de esta feria. Le gusta comparar se al más avieso cazador, aquél que agota a sus sabuesos monte arriba, como "nosotros desgas tamos las ruedas de los coches viajando por toda España".Hay lugares muy especiales, viejos caserones, alquerías, masías catalanas y pazos gallegos. "Sí. Tengo un reloj que proviene de Meirás", pero las mejores pie zas están en los monasterios. No en vano, el escritor británico Roald Dahl titulaba Placer de clérigo uno de sus relatos, cuyo interesante argumento no vamos a desvelar, donde el protagonista, anticuario de profesión, era descrito como un hombre que sabía comprar barato, baratísimo, y vender caro, carísimo.

La pieza estrella

Sin fingir modestia, Venerando Lamas explica que la pieza estre lla de esta añosa reunión reposa en su vitrina. Es precisamente un Cristo esmaltado hecho en Silos allá por el siglo XII, que llegó a sus manos gracias a esa incurable afición por los objetos de alta época. "Entre los siglos IX y XVI, los peregrinos llevaban Cristos esmaltados de Roncesvalles a Compostela. ¿Precio? Hay cosas que no se pueden tasar; dependen sólo del tira y afloja entre la oferta y la demanda". Venerando se resiste al cotilleo. No quiere contar a quién perteneció ese cochecito infantil que halló en una boutique asturiana o ese triciclo que vende por 85.000 pesetas... Prefiere llamar la atención de su clientela utilizando como reclamo una buena relación calidad-precio. "Planchas por 5.000 pesetas, máquinas de coser por 10.000... No es sólo cuestión de dinero, sino de amor al arte, a la cultura".

Pero un anticuario de ley es como un donjuán. Enamorarse de sus piezas es un derecho reservado a los débiles, y todos lo somos.

Por eso no trajo esta vez el reloj pornográfico que compró por 55.000 pesetas, vendió después en 700.000, volvió a comprar por mucho más... y hoy debe valer más de 12 millones. Pornográfico e irreverente, a pesar de haberlo hallado en una iglesia gótica de Verín. "Es parecido a éste de aquí". Y muestra uno con una pareja en pleno acto sexual al son de los segundos, "pero con un fraile y una monja. No lo volveré a vender. O... quizá sí. Y me dolerá".

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Hay mil y una joyas, incensarios, arcones, mesas rústicas, grabados de botánica fechados en 1613... Un mapa de España firmado por Frederick Valk e increíblemente bien conservado para sus nada menos que 288 años... Santos, vírgenes, cuadros e infinidad de relojes en marcha que marcan el tiempo sólo para los demás, como si los años no afectaran a sus viejas niaquinarias.Mañana, 31 de marzo, los anticuarios recogerán sus piezas y serán otros tantos brocanteurs quienes allí se instalen hasta el 5 de abril.

Seguirá el Viaje a través del tiempo, con una diferencia: anticuario es aquél que sólo maneja piezas con 100 años cumplidos, mientras que el brocanteur igual tiene en su almoneda un medallón visigótico que un paraguas de hace sólo 20 años.

Visitas al Rastro

"Colaboran mucho entre ellos porque el anticuario se surte en parte de las almonedas, pero prefieren exponer por separado", explica Carmen de Bias, directora general del Mercado Puerta de Toledo, un centro comercial renovado donde están instaladas de forma estable un total de 55 firmas de anticuarios. "Todo el mercado participa en este Viaje a través del tiempo, gracias a un concurso de escaparates. Casi todas las tiendas de moda han colocado algo muy viejo en sus vitrinas".

Los especialistas, mitad arqueólogos, mitad negociantes, saben dónde están. Y admiten que "todavía hay que echar un vistazo al cercano Rastro porque se puede encontrar alguna cosa interesante. Sobre todo, los días laborables y madrugando". "Conocemos muy bien Madrid, visitamos mucho esta ciudad por motivos de trabajo", un trabajo que veneran y quieren conservar. "Se dice que compra el abuelo, conserva el hijo y vende el nieto. Las piezas siempre vuelven al mercado, pero hay poca competencia de objetos nuevos".La segunda edición de esta Feria Nacional de Anticuarios y Brocanteurs llega al Mercado Puerta de Toledo cuando el balance económico del centro comercial parece hacer irremediable su privatización.

La directora general, Carmen de Bias, asegura que "el colectivo de comerciantes no tiene problema porque ni sus contratos ni sus negocios corren el menor peligro".

"Si no hay más información", agrega Carmen de Bias, "es porque existe de momento una simple intención, pero ninguna operación concreta. Ante todo, se van a respetar los acuerdos económicos de los comerciantes. A ellos les preocupa más la futura ley de mecenazgo o la crisis económica en general".

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