'Espaldas mojadas' mexicanos, confinados como esclavos en haciendas de California
Un proceso judicial que se sigue en Los Ángeles (Estados Unidos) tiene conmocionada a la opinión pública mexicana. El caso ha demostrado que todavía existen patrones que ejercen la esclavitud como forma de explotación laboral y alistan a trabajadores emigrantes ilegales, en su mayoría mexicanos -los espaldas mojadas-, para confinarlos después en haciendas californianas cercadas por alambradas, que más se parecen a un campo de concentración que a una granja agrícola.
La historia roza lo inhumano y parece más de la época medieval que de nuestros días. Edwin Ives, un judío norteamericano propietario de un rancho al noroeste de Los Ángeles, contrataba a trabajadores mexicanos en su país, les facilitaba el traslado clandestino por la frontera a EE UU y les daba trabajo pagándoles un dólar por cada una de las 16 horas de jornada diaria, sin posibilidades de descanso porque se lo impedían unos vigilantes contratados a modo de matones por el patrón. Durante el resto del tiempo, supuestamente de descanso, los trabajadores, unos 200, estaban obligados a permanecer encerrados en el rancho.El asunto ha llegado a manos de la justicia gracias a un trabajador emigrante que logró escapar de este campo de concentración. Edwin Ives, el patrón que les explotaba, ha sido procesado por un tribunal de Los Ángeles. En total han sido 51 las acusaciones formuladas contra Edwin, entre ellas las de espionaje, esclavitud y violación de los derechos humanos y de las leyes civiles y laborales de EE UU. La finca disponía de un almacén de productos alimenticios y de primera necesidad destinado exclusivamente a los emigrantes mexicanos, cuyos productos eran vendidos a precios abusivos. Ives les descontaba de sus salarios el coste de la operación clandestina de entrada y salida de EE UU.
Los trabajadores se veían, por otra parte, obligados a firmar un seguro de vida cuyos beneficiarios eran dos empleados de origen hispano del rancho, que actuaban como capataces.
Ives comparecerá el próximo día 13 de abril ante la justicia. No se descarta que el trato inhumano hacia sus trabajadores le suponga 18 años de cárcel.
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