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Alemania corta la ayuda militar a Turquía para que no se utilice contra los kurdos

El Gobierno de Bonn ha cortado el suministro de armamento a Turquía -uno de sus socios en la Alianza Atlántica- hasta que compruebe que Ankara no ha hecho uso de material militar alemán en su lucha contra la minoría kurda. La prensa germana ha denunciado estos días el uso por las fuerzas de seguridad turcas de tanquetas y armamento de origen alemán contra civiles kurdos. Los atentados contra intereses turcos en Europa siguieron ayer. Sendas bombas destrozaron un banco en la ciudad alemana de Dortmund y otro en la francesa de Estrasburgo.

Dieter Vogel, el portavoz del Gobierno alemán, indicó que en el acuerdo entre Bonn y Ankara sobre material militar se estipula claramente que "sólo puede ser utilizado por las Fuerzas Armadas turcas par-a la defensa de sus fronteras o del territorio de la OTAN". Según Vogel, "mientras esta cuestión no haya sido satisfactoriamente y completamente clarificada, Alemania no enviará ningún equipo militar a Turquía". Las mencionadas tanquetas formaban parte de un acuerdo establecido durante la guerra del Golfo para reforzar la potencia militar de Ankara.El pasado miércoles, el Gobierno turco advirtió oficialmente a Bonn de que la tolerancia alemana con el Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) podría tener consecuencias diplomáticas. Ese mismo día, unos 300 kurdos ocuparon el Parlamento del Estado de Renania del Norte-Westfalia.

Ayer, la agencia turca Anatolia aseguró que el embajador de Ankara en Bonn, Onur Oymen, había sido llamado a su país. El Gobierno turco lo desmintió e indicó que Oymen se hallaba en Turquía desde el día 21.

Fuerzas gubernamentales tomaron ayer el control de los principales bastiones de la guerrilla separatista kurda en el sureste de Turquía, pero sus intentos por capturar combatientes y armas parecen condenados al fracaso.

La mayoría de los guerrilleros del Partido Kurdo de Trabajadores (PKK) que combatieron contra el ejército y la policía en varias localidades el pasado fin de semana (más de 50 personas murieron en aquellos choques) se han replegado a sus estratégicos escondites en las montañas y cañadas dentro de territorio iraquí. Los guerrilleros siguen al alcance de los cazabombarderos turcos, pero el efecto de la aviación en esa zona es escaso.

Las tropas turcas entraron de madrugada en Cizre, una de las localidades donde los enfrentamientos fueron más virulentos, y donde murieron al menos 15 personas. Con los efectivos militares llegó lo que muchos de sus aterrados residentes describieron como el mas estricto toque de queda en la historia de este remoto pueblo cerca de las fronteras con Siria e Irak. Apoyados por tanques, carros blindados y helicópteros, los soldados tomaron el pueblo poco después de la madrugada y ordenaron a la población permanecer en sus casas.

En el Hotel Kadouglu, donde se hospedan los pocos periodistas que quedan en la ciudad, la policía colocó un cartel en el que se aconsejaba no abandonar el edificio por motivos de seguridad. Durante horas, los soldados registraron Cizre casa por casa. Un oficial que se identificó únicamente como Capitán Yan, describió la operación como un éxito. Sin embargo, desde las ventanas del hotel ninguno de los camiones militares enviados para llevarse el arsenal guerrillero parecía cargado.

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