Baja la radiactividad en la central nuclear rusa accidentada
Las autoridades rusas aseguran que el accidente ocurrido en la madrugada del martes en la central atómica de Sosnovi Bor, cerca de San Petersburgo, no representa peligro alguno para la población, y subrayan que los niveles de radiación en la central han vuelto a lo normal.La bajada de presión en un canal de combustible de uno de los bloques generadores de la planta produjo la fuga de gases inertes y yodo, que después salieron de la sala de máquinas a la atmósfera a través del sistema de ventilación.
El Organismo Internacional para la Energía Atómica ha calificado lo ocurrido de incidente de nivel dos -calificación equivalente a la de las autoridades rusas- en la escala de siete grados que existe para medir los accidentes nucleares.
El nivel del yodo radiactivo en el interior de la central de Sosnovi Bor -ubicada en el golfo de Finlandia, a unos 100 kilómetros de San Petersburgo- es tres veces superior a lo normal, pero los niveles en los alrededores de la planta son normales, según los resultados obtenidos por la Inspección Atómica Estatal.
Se calcula que la fuga de sustancias radiactivas a la atmósfera fue 10.000 veces menor que la ocurrida en 1986 en la central de Chernóbil. Ni en Finlandia ni en Suecia se han detectado cambios importantes en el nivel de radiactividad, aunque se registró la presencia de yodo y cesio, sin peligro para la población, en varios puertos finlandeses situados cerca de la frontera rusa.
Los cuatro reactores de la central de Leningrado no sólo son del mismo tipo que los de Chernóbil, sino que son de la primera generación de estos reactores, lo cual significa que su grado de seguridad es mucho menor que el de los demás. Hay 16 reactores de este tipo en el territorio de la ex Unión Soviética, distribuidos en Lituania, Rusia y Ucrania, y ocho de éstos son de la primera generación. Diseñados hace 30 años, hoy están siendo modernizados para reforzar su fiabilidad.
Pero la reconstrucción de la planta de Sosnovi Bor aún no ha comenzado. Esta central se lleva la palma entre las de la ex Unión Soviética por el número de irregularidades en el proceso tecnológico. Los expertos suecos que la visitaron en enero pasado recomendaron clausurar dos de sus bloques energéticos por carecer de instalaciones que impidan la salida de la radiación del reactor en caso de accidente.
Mientras, en Washington, según informa Efe, la portavoz del Departamento de Estado, Margaret Tutwiler, recordó que en 1989 "hubo un accidente en un reactor nuclear en España [el de VandelIòs] que no provocó fuga exterior de radiactividad o daños en el núcleo del reactor, y que fue calificado como un incidente de nivel tres".
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