¿Y los niños cubanos?
Hace tiempo -suficiente- que me he separado de la línea que me había trazado de defensa de la revolución cubana (nunca del marxismo, porque de esa ideología lo estuve siempre) porque en mi tierra, hoy, no hay ya revolución, sino disparate; porque ¿cuándo termina una revolución, es acaso historia para Teodoro de Sículo, Polibio o alguno de los dos Plinio?Escrito esto, tenemos derecho -por cubanos- a preguntarnos por qué no se envía ayuda (medicinas, ropa, juguetes, etcétera) a los niños de mi tierra... ¿Es que tienen carné de partido, son enemigos de las multinacionales que se niegan a enviar medicamentos a Cuba porque hay comunismo? ¿Qué tiene que ver, qué relación existe entre la población infantil cubana y el mando (con Fidel Castro al frente), con la práctica marxista, con lo que ordena Washington que se haga a sus fieles aliados?
No hace mucho, un par de meses, diversas organizaciones españolas donaron a los niños de Perú y Ecuador dos millones de juguetes (unidades). Me parece muy bien como cristiano que soy esta demostración -siempre presente- de la generosidad hispana; pero ¿es que no son niños los de mi tierra, son fabricados de plástico, vinieron de otros mundos acaso?
Tengo información -de primera mano- de que las multinacionales farmacéuticas reciben consejos (ya sabemos de quién) de no enviar ni una aspirina a los cubanos. Esto es cruel, inhumano, juego sucio, porque Cuba es hispana, quizá más que ninguna otra tierra del Nuevo Mundo porque no tiene indios (ni uno). ¿Por qué no se alivia el dolor de las gentes de allá y se manda a los niños cubanos juguetes, zapatos y ropa?
Dejo la pregunta en manos de Cruz Roja, Unicef y otros organismos internacionales ajenos a la disputa cubana. ¡Arriba corazones de esta querida España!.- Ex embajador de Cuba.
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