Aznar dice que González ya no tiene"autoridad moral ni fortaleza política" para gobernar

El líder del PP, José María Aznar, descalificó ayer globalmente y sin paliativos la gestión del presidente del Ejecutivo, Felipe González, inhabilitándole, desde su perspectiva, para seguir adelante en las tareas de gobierno. "Usted no tiene autoridad moral ni fortaleza política" para seguir gobernando. Aznar, que deliberadamente hizo un apartado del fenómeno terrorista (en el que sí mostró voluntad de unidad entre todas las fuerzas políticas), terminó un amplio apartado sobre la corrupción pidiendo al jefe del Ejecutivo que destituya al gobernador del Banco de España, Mariano Rubio.

La intervención de Felipe González le dio pie al presidente del PP para criticar la actitud del jefe del Ejecutivo, que Aznar inscribió en lo habitual de un discurso de investidura. A ojos de Aznar, González parecía haber dicho que no era responsable "de nada", y que ahora empezaba una nueva etapa.El líder de la oposición con servadora hizo ostensible su intención de responsabilizar de todos los males a González. "Usted es el culpable personal de la frustración y el desasosiego que hay entre los ciudadanos", dijo, para a continuación decirle que ya no tiene "autoridad moral ni fortaleza política, toda vez que no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo".

Aznar empezó hablando del terrorismo de forma deliberada para sacarlo "de la confrontación" que suponía iba a venir después, y señaló que no quería convertir esa materia en arma arrojadiza de unos contra otros. Aznar dejó claro que su grupo no comparte las conversaciones PNV-HB.

"Atonía nacional"

El jefe de filas de PP quiso aparecer distinto y distante de González atribuyéndole una intención de "esconder los problemas de la gente, las dificultades del momento y la realidad de la calle". Aznar se situó, por el contrario, como portavoz de los españoles. "Hemos venido al Congreso a hablar de España y a los españoles de lo que nos está pasando para superar este periodo de atonía nacional del que es urgente salir".Aznar relacionó la corrupción y la forma de los socialistas de ejercer el poder, que han confundido "la Administración y las instituciones con su partido". "Si se amenaza a los que critican, si se difumina el principio de legalidad y se eliminan los controles, surge como patología inevitable la corrupción", afirmó. Entonces enumeró los casos de Renfe, Filesa, Ibercorp y mencionó la salida del Gobierno de Alfonso Guerra y de Julián García Valverde.

Dedicó un apartado más amplio al caso Ibercorp, y atribuyó al gobernador del Banco de España, cuando menos "ligereza" y una mala actuación en lo que se refiere a la vigilancia y el control que debe ejercer la autoridad monetaria. Ante este estado de cosas, Aznar preguntó a González por qué no ha dejado que Rubio abandonara el puesto y agregó: "Debe ser relevado inmediatamente de su cargo".

A pesar de que González en su réplica señaló que tal petición era "irresponsable", Aznar se reafirmó en solicitar dicha sustitución. También en el turno de réplicas, el presidente del PP rechazó las insinuaciones del presidente sobre los difamadores: "No acepto que ante una crítica se siembren dudas sobre quien hace la crítica".

Aznar tampoco admitió la afirmación del presidente de que su intervención sólo consistía en un "retrato en negativo" de la sociedad, y para ilustrar su negación usó frases de González en la oposición, en las que arremetía contra el entonces presidente, Adolfo Suárez.

Después de repasar la crisis y la conflictividad social en Asturias, País Vasco, Cantabria, Murcia, Galicia, las dos Castillas y Extremadura, Aznar consideró un sarcasmo que el jefe del Ejecutivo pida a la oposición "ayuda para corregir sus propios errores".

Con este panorama, Aznar se atribuyó la misión de llevar adelante "una nueva política frente a estos modos caducos que tantas veces han esterilizado la vida española".