"El Gobierno argelino tiene las mezquitas bajo control"
Sassi Lamuri, de 52 años de edad, acaba de cumplir su primer mes al frente del Ministerio de Asuntos Religiosos, una de las carteras más polémicas y difíciles de Argelia. Lamuri era hasta la fecha de su nombramiento un hombre prácticamente desconocido en medios políticos, con escasa o nula formación en el mundo de la alta administración, pero a quien el jefe del Gobierno, Sid Ahmed Gozali, no se sabe por qué misteriosa razón, lo sacó del campo de la enseñanza. No le cabe ninguna duda de que el Gobierno tiene "bajo control a las mezquitas".
En la enseñanza es donde sin duda Lamuri ha aprendido a ser tolerante y dialogante, hasta el punto de afirmar, sin pestañear, que Argelia no tendría ningún inconveniente en recibir la visita del papa Juan Pablo II. Sólo un arribista o un demente sería capaz de aceptar la dirección del Ministerio de Asuntos Religiosos en una Argelia sumida en un permanente desafío integrista, donde cada mezquita, cada púlpito y cada alminar corre a diario el riesgo de convertirse en una trinchera del movimiento radical Frente Islámico de Salvación (FIS). Pero Sassi Lamuri, de 52 años, ministro desde el pasado 22 de febrero, no es ni una cosa ni la otra. Es simplemente un hombre llano y transparente, pero sobre todo cauto.
Sobre Sassi Lamuri se saben muy pocas cosas. Quizá por ello alguien, junto a la biografía oficial, le colocó el día de su nombramiento unos supuestos y nunca probados vínculos con el FIS, cosa que ahora él desmiente con rotundidad. El ministro, profesor de Filosofía y Psicología de la escuela normal, diplomado en Jurisprudencia Islámica, imam fuera de la escala, es padre de nueve hijos y miembro de la asociación de cultura y beneficencia La Dawa.
Pregunta. ¿Qué es lo que le preocupa a este ministerio?
Respuesta. Nuestra primera preocupación es la mezquita, porque es el centro de reunión espiritual. Pero además, al ministerio le preocupa enseñar y extender el verdadero precepto islámico.
P. Se lo preguntaré de otra manera. ¿Cuál fue el primer problema al que tuvo que enfrentarse cuando tomó posesión de su cargo?
R. Cómo podía servir a la humanidad y a mi religión. Es decir, cómo resolver los problemas de responsabilidad personal.
Mundo amargo y real
P. In
sisto. ¿Qué es lo que le dejó su predecesor por resolver en el interior de los cajones?
R. Mire, yo estaba en el mundo de la filosofÍa, de Kant, de Spinoza. Descendí a otro mundo mucho más amargo y real. Hay que adaptarse. No quiero decir que me haya olvidado de la filosofía, ni mucho menos.
P. Usted gana. Otro tema, ¿cuántas mezquitas controlan ustedes?
R. Tenemos 9.613 mezquitas en todo el país, un 20% de las cuales no están controladas y carecen de imam.
P. Pero los últimos datos facilitados por su ministerio, antes de su llegada, aseguraban que faltaban unos 5.000 imames.
R. Es cierto. Hemos solucionado ya algunos problemas.
P. Se dice en Argelia que los imames tienen una deficiente formación y que el ministerio está reciclándolos.
R. La mayoría de los imames están ya formados. Este reciclaje sólo afecta a una minoría. La mayoría tiene un n
ivel correcto.
P. Bueno, entonces dígame usted qué problemas tienen.
R. Actualmente no conocemos problemas de ningún tipo. Bueno, los hay, pero son menores. Es decir, insignificantes. Quiero decir que todo es relativo.
P. Desde fuera da la sensación de que hay aún un buen número de mezquitas controladas por el Frente Islámico de Salvación.
R. Deploramos esta visión que ha dado la prensa occidental. Es una prueba de que desconocen nuestro país. Si los periodistas estuvieran aquí no dirían esto de nosotros. Hay pequeños problemas, pero no podemos extenderlos al resto.
P. Vamos a ver. ¿Quién controla las mezquitas?
R. Le respondo con rotundidad: el ministerio. Sin excepción.
P. ¿Y las plegarias?
R. La plegaria es otra cosa. Es un acto individual y directo entre el individuo y Dios. Tenemos el control material, pero es imposible controlar las conciencias. Los individuos y los ¡mames, dentro del islam, s
on libres.
P. ¿Quién nombra a los ¡mames?
R. Los imames están reputados y nombrados por el ministerio, de acuerdo con una serie de baremos, como su competencia o su capacidad. Luego, en cada wilaya o provincia hay un director que controla al imam sobre todos sus aspectos, incluso personales, pero sin que en ningún momento se menoscabe su dignidad. Es un control distante y que no daña su honor.
P. Y si todo está tan controlado, ¿cómo es que se producen en las plegarias discursos políticos?
R. Es un fenómeno natural. De la misma manera que hubo sacerdotes comunistas en un momento dado en la Iglesia católica. El imam puede pertenecer a un partido político. Es libre de hacerlo, pero
no es tolerable que haga prueba de ello en el interior del templo.
P. Escuchándole a usted parece como si no existieran problemas.
R. Los hay. Es cierto que hay rivalidades y problemas, pero le aseguro que son mucho menores que los que existieron entre la Iglesia católica y los protestantes.
P. Su ministerio no sólo tutela el mundo musulmán, también otras confesiones. ¿Cuáles son sus relaciones con ellas?R. Las ordenanzas de 1971 reconocen tres asociaciones religiosas: la católica, la protestante y la israelí. Las relaciones con éstas son muy cordiales.
P. ¿Hasta qué punto Argelia podría recibir al Papa?
R. No creo que Argelia tenga ningún inconveniente en recibir al papa Juan Pablo II.
P. Los más caritativos dicen que usted ha estado vinculado al FIS
R. No pertenezco a ningún partido. Un partido quiere imponer su programa, sus puntos de vista por todos los medios. Yo prefiero ser como un ruiseñor, libre, y cantar con alegría. No quiero estar dentro de una caja.
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