Caudales extra para los veraneantes de Benidorm y Huelva
El Gobierno ha tomado un serie de medidas concretas para garantizar el abastecimiento en las zonas turísticas. En Aragón, el obispo de Huesca, Javier Osés, ha pedido a los sacerdotes y fieles de la diócesis que durante las misas eleven plegarias para pedir lluvia, informa Javier Ortega. La provincia no figura entre las peores víctimas de la sequía, aunque sí se las ha tenido que ingeniar para que el flujo de turistas no se vea mermado por su culpa. Las estaciones invernales se mantienen abiertas gracias a los cañones de nieve artificial en los que el Gobierno autónomo ha invertido 2.500 millones de pesetas.Cuando concluya la temporada invernal los esquiadores cambiarán sus equipos por los trajes de baño y la montaña por las aglomeraciones de la costa mediterránea atlántica o cantábrica.
Hay varios destinos que no están suficientemente preparados para abastecer el enorme incremento de agua que se consume en coyunturas como la Semana Santa o el verano.
La localidad de Benidorm y otras poblaciones de la costa de Alicante figuran entre ellas. Para satisfacer esa demanda se procederá a bombear agua del río Algar a su red de suministro provincial.
A los visitantes, madrileños en su mayoría, del embalse de El Burquillo, en Ávila, se les ha prohibido el uso de embarcaciones a motor para no perjudicar el suministro de agua a Madrid.
En la Costa del Sol se acelerará la ejecución de la presa de Campanillas, que almacenará agua con destino al perímetro turístico malagueño.
En el extremo occidental de la costa sureña, en su vertiente atlántica, otra zona turística es presa de la improvisación urbanística que no dotó de infraestructura suficiente para albergar a tantos visitantes.
Matalascañas, en Huelva, y sus poblaciones vecinas se encuentran carentes de reservas para afrontar épocas de sequía. En esta provincia todavía no se han iniciado las obras que garanticen un futuro sin restricciones.
Investigar el clima
Las investigaciones sobre el clima empiezan a constatar que estos lugares, en particular los de la costa mediterránea, acogerán precipitaciones del mismo volumen que las habituales en estas zonas pero más concentradas, según Vicente Albero, el secretario de Estado para las Políticas de Aguas y Medio Ambiente. Si España recibe del cielo cada año 10.000 hectómetros cúbicos y sólo tiene capacidad para almacenar un 40%, habría que incrementar, en su opinión, los 80.000 millones de pesetas que este año se van a invertir en el aprovechamiento del agua que se deja escapar.
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