La IS pide que la Europa rica sea más solidaria

Después de dedicar su primer día de sesiones, el viernes, a sus propios debates internos, la presidencia colectiva de la Internacional Socialista (IS), reunida en Madrid, abordó ayer el estudio de los grandes conflictos actuales. La situación en la ex Unión Soviética, en Yugoslavia y en Oriente Próximo, así como el estado de las relaciones Norte-Sur, estuvieron en el centro del encuentro clausurado ayer. Felipe González resumió el sentir M foro al afirmar que la Europa rica debe transmitir que "la solidaridad no puede quedar en un simple concepto para los discursos".

Los participantes en la reunión anunciaron el envío de una misión de paz a Yugoslavia, que estará integrada por un miembro del PS belga y otro del PS de Noruega. Otra delegación, cuya composición queda por definir, viajará más adelante con destino al enclave armenio de Nagorni Karabaj, en territorio de Azerbaiyán."Si no hay estabilidad en el Este de Europa y si no hay recuperación económica en el Sur de nuestro continente, es decir, en el Magreb, es ilusorio pensar que Europa Occidental podrá mantenerse como una especie de isla de prosperidad en medio de un océano de incertidumbre, de miseria y de problemas", afirmó al final de la reunión el secretario general del PSOE, Felipe Gonzalez, resumiendo así el sentido general de los debates de ayer. "Los socialistas debemos hacer entender de manera urgente a la Europa rica que la solidaridad no puede quedar en un simple concepto para los discursos", añadió.

Los asistentes a la reunión de Madrid escucharon un informe sobre la ex Unión Soviética, de tono bastante pesimista, elaborado por el dirigente del SPD alemán Hans-Jochen Vogel después de un viaje de tres semanas por varias repúblicas, y otro del griego Andreas Papandreu respecto del conflicto de Yugoslavia.

El exprimer ministro griego, cuyo informe, según varios participantes, causó bastante impacto, se distanció de la reciente decisión de la Comunidad Europea de reconocer a las repúblicas de la Federación Yugoslava que se han independizado.

Papandreu recordó que en los ochenta, los Balcanes se encaminaban hacia una mayor colaboración, tanto a nivel político como económico, pero que esta tendencia positiva se había invertido con la puesta en cuestión de los Estados multinacionales y con las reivindicaciones in dependen tistas de las minorías.

"El problema", recalcó, "es que dentro del territorio de una minoría existe muchas veces otra minoría, y dentro de ésta, todavía otra, y que en estas condiciones, la decisión de empezar a reconocer nuevas repúblicas sólo puede fomentar la aparición de problemas sin fin. El resultado es que los Balcanes han vuelto a ser otra vez el polvorín de Europa".

La preocupación de la IS por reforzar su presencia en el mundo se manifestó también en su voluntad de extender el número de sus participantes, especialmente fuera de Europa. Unos 50 países han pedido ya el ingreso. Una conferencia que se celebrará en Dakar, en Senegal, a finales de mayo examinará las solicitudes de los candidatos africanos. Varios partidos latinoamericanos ingresarán también próximamente.

La renuncia de Brandt

La conferencia de prensa que se celebró ayer al final del encuentro permitió también evocar por primera vez públicamente el gran tema tratado la víspera a puerta cerrada. Willy Brandt confirmó que había decidido renunciar, a sus 78 años y después de 16 al frente de la organización. "He trabajado muchos años y he pedido a mis amigos que me sustituyeran", dijo con sobriedad germánica.Felipe González hizo entonces un elogio público de Brandt, quien, según dijo, "se convirtió en el símbolo de los valores de la Internacional Socialista como son la solidaridad y la justicia, pero sobre todo simbolizó una hombría que trasciende las fronteras ideológicas". Agregó que Brandt había logrado transformar la IS, "una organización eurocéntrica al principio, en una organización de vocación universal". "A todos nos hubiera gustado convencer a Willy Brandt de que se quede más tiempo, pero entendemos perfectamente su posición", dijo González, quien, en la cena de la víspera, había intentado convencer al político alemán de que se tome dos meses de reflexión antes de tomar una decisión definitiva.