En la cuerda floja
Los inversores dudan ante el IPC de febrero y mantienen su dinero a la espera de los datos oficiales, mientras que los mercados internacionales, esta vez con Londres a la cabeza, intentan asimilar el contenido económico de un programa electoral.Este mercado tradujo como un síntoma de males futuros las concesiones del partido en el Gobierno y el resto de las bolsas europeas asumió un curioso papel de comparsa y orientó sus cotizaciones a la baja.
Madrid no fue menos y, al seguir al resto, confirmó el carácter de reacción técnica de la subida de la jornada anterior. Los recortes se generalizaron en Europa, con lo que no hicieron más que adelantarse a lo que poco después haría Wall Street, que, minutos después de su apertura ya perdía cerca de 15 puntos.
Detrás de todas estas reacciones vuelven a estar los tipos de interés, en concreto la dificultad de orientarlos a la baja en cualquiera de los países en cuestión.
Si el mundo de la inversión esperaba reacciones inmediatas en ese sentido, se podrá asistir en breve al paulatino desmontaje de posiciones, confirmándose una vez más que la realidad va mucho más despacio que las expectativas. El índice madrileño perdió al cierre 32 centésimas.
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