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La OTAN impulsará junto a los países del Este una solución al conflicto entre Armenia y Azerbaiyán

La mediación para evitar la guerra entre Armenia y Azerbaiyán por el enclave de Nagorni Karabaj es el primer reto del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte, constituido el 20 de diciembre y que ayer se amplió en Bruselas de 25 a 35 miembros. Las negociaciones exploratorias serán encomendadas a la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que hoy se reunirá en Viena para aprobar lo que ayer decidió el nuevo organismo de cooperación formado por la OTAN con sus antiguos adversarios. A Checoslovaquia se le ha encomendado el papel de intermediario.

Las repúblicas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) pasaron ayer a ser miembros formales del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (CCAN), mecanismo de seguridad colectiva europea que inaugura la asociación de la OTAN con los miembros del desaparecido Pacto de Varsovia. La entrada de 10 de los Estados que suceden a la URSS -Rusia ya había asumido hace meses su papel de miembro- se produjo con la ausencia de representación de Kazajstán, mientras Rusia asumió la de Tayikistán. Ambos han sido admitidos como miembros, según reza la declaración final, porque han expresado "el deseo de participar". El ingreso del único que falta, Georgia, les cuestión de meses, una vez se produzca el reconocimiento de todos los aliados", afirmó Manfred Wörner, secretario general de la OTAN.El principal avance, aparte de un plan de trabajo para la cooperación en todos los campos, es el compromiso de saldar la deuda pendiente del Acuerdo sobre reducción de Fuerzas Convencionales en Europa (CFE). El próximo junio, en Oslo, una conferencia de los 35 aprobará la distribución de los recortes de armamentos y tropas asumidos por la URSS y que ahora deben aplicar las repúblicas de la CEI. En julio, coincidiendo con la cumbre de la Conferencia de Helsinki, se quiere tener el Acuerdo CFE ratificado por todos, que están conformes con nuevas reducciones de tropas a través de un acuerdo CFE-1.

Ninguno de los socios de la CE -"ni siquiera lo hemos comentado en los pasillos", dijo Francisco Fernández Ordóñez- planteó ayer a Baker su protesta por el supuesto plan del Pentágono para reafirmar el liderazgo mundial de EE UU e impedir la identidad de defensa europa.

Pero la reunión estuvo dominada por el conflicto de Nagorni Karabaj y "el peligro de que se extiendan a otros países la tensión y las hostilidades", afirmó Fernández Ordóñez. "No hay gloria en dejar viudas y muertos en el camino de la democracia", enfatizó Baker. La paradoja del nuevo Consejo de Cooperación para la "paz indivisible de Europa" es que dos de los nuevos socios, Armenia y Azerbaiyán, están en guerra. La reunión brindó también la circunstancia de que los ministros de Exteriores de los dos Estados enfrentados se sentaron uno al lado del otro. Según explicó Fernández Ordóñez, se dieron la mano, pero no se hablaron. Defendieron criterios opuestos sobre el futuro del enclave de Nagorni Karabaj. La integridad territorial de Armenia fue firmemente apoyada por Turquía. El alemán Hans-Dietrich Genscher propuso la mediación de la CSCE, representada por Checoslovaquia, país que ostenta la presidencia.

Pero el conflicto sirvió para suscitar la idea de convertir el nuevo marco de cooperación entre el Este y el Oeste en el instrumento de seguridad de la CSCE o dotarlo al menos de "un papel complementario". El secretario de Estado norteamericano, James Baker, defendió que esa misión de 'Tuerza de paz" le corresponde a la OTAN, porque posee "la infraestructura, los recursos y la experiencia operativa para llevar a cabo los mandatos aprobados por la ONU o la CSCE en el futuro".

El ministro holandés, Hans van den Broek, insistió en que es necesaria una delimitación de las funciones de las organizaciones que velan por la seguridad en Europa y propuso que el Consejo de Cooperación sea el mecanismo operativo de la CSCE en materia de seguridad. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Andréi Kozirev, sugirió que entonces habría que abrir esta cooperación a los países neutrales de la OTAN para que los miembros de la CSCE y del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte coincidieran. El francés Roland Dumas apoyó esta tesis. "La idea nos seduce", manifestó más tarde Baker ante los periodistas, "aunque exigirá muchas discusiones". Está en juego el papel en materia de seguridad de la CSCE -sus competencias sobre derechos humanos y cooperación económica aún no se discuten- y quién deberá suministrarle los medios para evitar conflictos en Europa.

Por la tarde, los ministros de Exteriores de la CE se reunieron con su colega ruso, Andréi Kozirev, para hablar de las ayudas a decidir en Lisboa en mayo.

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