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El juez Moreiras mantiene en prisión al presunto cerebro del fraude del IVA

Miguel Escudero, presunto cerebro del fraude del IVA, negó ayer ante el juez de Delitos Monetarios, Miguel Moreiras, haber organizado o participado en la emisión de facturas falsas, y calificó de "absolutamente falsas" las declaraciones de su subordinado Salvador Marín y del director del Consorcio Eléctrico Madrileño (Cemsa), Carlos de Juan, en las que le implican como cabeza pensante de] grupo. El magistrado decidió mantener provisionalmente a Escudero en prisión.

La declaración del financiero tuvo una duración de tres horas y fue plasmada en siete folios por las dos caras, en las que sistemáticamente niega cualquier relación con el fraude."Es falso lo declarado por Salvador Marín [su más directo colaborador] sobre que Carlos de Juan y yo tuviéramos conversaciones para dedicarnos a la falsificación de facturas. De Juan jamás ha estado en mis oficinas de Conde de Aranda, número 1. Es también radicalmente falso que tuviera conversaciones con De Juan para la interposición de sociedades en las compraventas que se mencionan en las diligencias: Equidesa, Ginés y Navarro o la ONCE", recoge la declaración de Escudero.

El presunto organizador de la red de facturas falsas señaló ante el juez que "es falso que ordenase a Marín asistir y presenciar cualquier tipo de operaciones". Marín afirmó en su día que asistía a las operaciones de compraventa de inmuebles en la notaría de Manuel Clavero por orden de su jefe, Miguel Escudero.

Miguel Escudero, que fue extraditado por Reino Unido hace poco más de una semana, declaró que las declaraciones de De Juan y Marín "son un conjunto de maliciosas imputaciones que no son más que un montaje de errores, falsedades y contradicciones. La única empresa de mi propiedad es Sodeco, que no ha emitido facturas falsas".

En la declaración del empresario se señala que no conoce a Juan Manuel Vilalta Arnáu ni a José Antonio Cardós, ambos presuntamente implicados en el fraude, aunque admite que se plegó a las amenazas del primero por no perturbar el buen fin del desarrollo inmobiliario de Uribitarte, del que más del 50% estaba vendido. Niega, sin embrago, que Vilalta Arnáu le hubiera amenazado porque no le entregó 24 de los. 26 millones de pesetas que había pactado. a cambio de no denunciar los negocios sucios que realizaba con Salvador Marín y Carlos de Juan.

Uribitarte

Salvador Marín gestionó administrativamente Uribitarte y, como accionista único, Escudero le exoneró de cualquier responsabilidad derivada de dicha gestión. Sin embargo, esa exculpación, según Escudero, no alcanza a unas letras de cambio aceptadas por Uribitarte con el libramiento en blanco y por importe de unos 500 millones de pesetas que acabaron en manos de Carlos de Juan.Escudero, que se sintió engañado según afirma en su declaración, consiguió recuperar 400 millones de pesetas, mientras que los 100 restantes se endosaron a la sociedad constructora Vico González, que era propiedad de Carlos de Juan.

El presunto cerebro gris del fraude declaró que en 1986 había prestado 30 millones de pesetas a Salvador Marín porque éste se hallaba en mala situación económica y que en 1989 le prestó otros 25 millones de pesetas para hacer frente a una serie de avales personales que Marín tenía con más de 20 entidades financieras. En 1991 le avaló un crédito por ocho millones de pesetas más.

"Niego con rotundidad que haya hecho operación alguna de compraventa de solares, salvo la realizada con la empresa Hispacol del grupo Cutillas en nombre de Uribitarte por 3.100 millones de pesetas y financiada a tres años". Escudero rechaza de esta manera, y en contra de lo que dice Marín, haber realizado gestiones en relación con la compraventa de terrenos en San Sebastián de los Reyes (Madrid).

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