Sobre la reforma psiquiatrica
En primer lugar, quiero agradecer públicamente en nombre de los enfermos mentales y de sus familias el reportaje de Informe semanal del día 15 de febrero sobre la reforma psiquiátrica. Para los familiares afectados es muy importante que se divulgue la problemática que afrontan. Es necesario crear una mayor concienciación social, una mayor solidaridad hacia este colectivo, que sufre muchas veces rechazo y marginación y que es culpabilizado con frecuencia, posiblemente por miedo, ignorancia y falta de una información adecuada.Sin embargo, como representante de muchas familias de enfermos esquizofrénicos, quisiera dar nuestra opinión sobre algunos puntos que podrían prestarse a confusión. En el informe han salido muchos "deficientes mentales" que nunca debieron entrar en un manicomio y que, si bien son un problema social grave, no son realmente los "enfermos mentales" a. los que se refiere la reforma psiquiátrica.Sentimos que no se reflejaran los graves problemas que pueden surgir en algunas familias y que esos pobres padres ancianos de Sanlúcar la Mayor proclamaran que los manicomios de antes eran lo mejor, dando una imagen muy distinta de lo que pedimos la mayoría de los padres.
Lamentamos también que fueran presentadas sólo unas frases de la conferencia que el doctor Rojas Marcos tuvo a bien dar en Sevilla a los asociados de Asaenes, ya que, fuera del contexto, parecía que los familiares eran completamente incapaces de afrontar los problemas que sepresentan en la convivencia con estos enfermos.
Como familiares entendemos que la reforma psiquiátrica supone un avance en la atención a nuestros enfermos, aunque no estemos de acuerdo en cómo se inició esta reforma en muchos lugares: se cerraron los hospitales psiquiátricos, los manicomios, sin haber previsto los centros altemativos adecuados.
Es por lo que pedimos la puesta en marcha de todos los centros y dispositivos necesarios y previstos para que los enfermos puedan rehabilitarse y reintegrarse a una vida lo más normalizada posible, y para que, el día que faltemos los padres ("los cuidadores") vivan en pisos o en hogares asistidos, con posibilidades ocupacionales y de trabajo, y en minirresidencias los casos más graves.
Pero los familiares pedimos además información y ayuda adecuada para hacer posible una convivencia aceptable en la familia, pero sobre todo pedimos un trato humano y solidario para con nuestros enfermos, y que no veamos que ningún padre tenga que volver a ver a su hijo encerrado o hacinado en uno de esos manicomios de antes.- Presidenta de la Asociación de Allegados de Enfermos Esquizofrénicos (Asaenes).
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