Las cenizas de la Madre Coraje peruana
Miedo a Sendero Luminoso en Villa El Salvador
Las cenizas de María Elena Moyano, la teniente de alcalde de Villa El Salvador asesinada hace dos semanas por el grupo terrorista maoísta Sendero Luminoso, fueron aventadas el jueves por diversos puntos de la barriada de Lima donde vivió y luchó. En Perú se dividen las opiniones sobre las consecuencias políticas del asesinato de la Madre Coraje peruana. Unos piensan que daña a Sendero, porque provocará una reacción en contra de su estrategia de terror. Otros creen que ha conseguido intimidar aún más a los líderes comunales y a la población.Costó trabajo en Villa El Salvador, la barriada de Lima situada al sur, nacida sobre un arenal gris, donde viven 300.000 personas, encontrar el lugar donde 10 días antes habían asesinado a Moyano, en presencia de sus dos hijos, de once y ocho años. Tras preguntar a una docena de personas en diferentes lugares de Villa, ni una sola sabía o quería decir dónde había ocurrido el crimen. Parece como si Sendero hubiese logrado su objetivo de amedrentar a la población, hasta el punto de ni siquiera atreverse a indicar a un desconocido el sitio donde mataron a la mujer de 33 años que había sido líder del movimiento de mujeres de Villa El Salvador y había desafiado desde posiciones de izquierda a Sendero.Con ayuda de un activo militante de la comunidad fue posible llegar al lugar del crimen. Sólo una mancha en el suelo y los cristales rotos del jardín de infancia permiten adivinar lo ocurrido. Ni una flor, ni una cruz, ni una pintada recuerdan lo que allí ocurrió. Como si no hubiera pasado nada. Dos jovencitas de 14 y 15 afios que pasan por delante responden a la pregunta de si saben qué ocurrió allí: "Leímos en los periódicos que habían matado a la alcaldesa" y "no sabemos quién lo hizo".
Más informado parece Xavier, un niño de 10 años, que estaba en casa de su tía, cerca de allí, el día del asesinato. El chico habla con expresiones de adulto y recuerda: "Escuché la explosión en casa de mi tía, a las 19.15. Fue un tremendo estallido que me hizo reaccionar". A Xavier no le dejaron salir de casa, pero después se enteró: "Según como yo me he informado, ella estaba en una fiesta con su hijita. Unos delincuentes dispararon un tiro al aire y a ella le arrebataron a su bebito, le colocaron una bomba y voló". A la pregunta de quién lo hizo, Xavier replica: "emerretistas (del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru) o personas en contra de sus ideas".
Llamada a la embajada
La mañana en que la mataron, María Elena había intentado comunicarse tres veces con Carmen, la esposa del embajador de España, Nabor García, pero los empleados de la residencia del embajador no pasaron la llamada. Probablemente ese contacto le habría salvado la vida, porque le habrían ofrecido refugio ante las amenazas de Sendero.
El día anterior al asesinato se había producido un paro armado organizado por Sendero. María Elena se había manifestado de forma abierta en contra de la acción. En El Diario, el periódico clandestino de Sendero Luminosol de esa semana, su nombre aparecía puesto en la picota al lado del de su compañero Michel Azcueta, concejal de Lima y ex alcalde de Villa El Salvador. Escribía El Diario: "Michel Azcueta: cura español frustrado, agente del imperialismo, al igual que María Elena Moyano, desaforado anticomunista, traficante del asistencialismo y promotor de rondas urbanas para enfrentar masas contra masas".
El texto equivalía casi a una sentencia de muerte. Sólo faltaba el momento. Llegó el sábado 15 de febrero por la tarde, durante la pollada, fiesta consistente en vender pollos asados para recaudar fondos para la campaña del vaso de leche gratis para los niflos. María Flores, una señora de 60 años que llegó hace un año a Villa El Salvador, tiene un negocio de venta de helados al lado del lugar del crimen. La señora todavía no se ha repuesto de la impresión. Primero creyó que los disparos eran cohetes de la fiesta,11 pero luego se removió todito esto con la explosión. La gente iba gritando y las criaturas llorando. Eran los terrucos (terroristas) y dijeron que la mataron. Vino una señora y me pidió agua para lavarse las manos, porque había agarrado con las manos la carne del muertito".
María explica que le advirtieron que fuese a buscar por la azotea trozos del cuerpo de María Elena y se encontró con una pierna al lado del depósito de agua. "Tengo miedo hasta ahorita desde que se encontró el pedazo de carne. El padre lo ha ben.decido, pero no podemos dormir. Nunca he visto una cosa así. Me quiero ir de aquí. No vamos
• estar aquí viendo cómo matan
• la gente. Miro la carne y no la puedo comer".
Después del entierro de María Elena en el cementerio de Villa El Salvador los restos fueron exhumados e incinerados. Los familiares lanzaron al viento sus cenizas en diferentes puntos de labarriada, donde ella luchó por la promoción de su pueblo. Sendero Luminoso había difundido el rumor de que volaría la tumba de María Elena.
Al aventar sus cenizas por Villa El Salvador ya no será posible volarla una vez más y puede interpretarse que sus cenizas servirán de semilla en el arenal de Villa El Salvador, para hacer crecer a nuevos dirigentes capaces de enfrentarse con el mismo valor al terrorismo polpotiano de Sendero. También cabe la interpretación de que, con la incineración, ha volado sin dejar rastro todo lo que había de la Madre Coraje.
De momento el miedo parece ser el sentimiento más palpable entre los habitantes de Villa El Salvador. Michel Azcueta, el primer líder desde el inicio de la barriada, ha tenido que refugiarse en España. De María Elena Moyano ya no quedan ni sus cenizas. Su esposo y sus dos hijos llegarán el domingo a España, donde esperan encontrar asilo.
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