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Philips se recupera de sus pérdidas y gana 70.000 millones de pesetas

Isabel Ferrer

Philips, la multinacional holandesa de la electrónica, ha conseguido superar los números rojos. En el año 1991 obtuvo unos beneficios netos de 1.200 millones de florines (cerca de 70.000 millones de pesetas) frente a los 4.200 millones de florines de pérdidas (235.000 millones de pesetas) registrados en el año 1990. Pese a la mejoría de los resultados, la compañía asegura que llevará adelante sus planes de reestructuración y los recortes de personal.

Las ventas de Philips crecieron también el pasado año 57.000 millones de florines contra los casi 56.000 millones de florines obtenidos en 1990. Durante la presentación de estas cifras, Jan Timmer, presidente de la compañía apodado también Huracán Gilbert, afirmó que no se desprendería de grandes partes de la misma o de divisiones completas. Sí reconoció, sin embargo, que los sectores deficitarios requerirán nuevas reestructuraciones y recortes de personal.En su primera aparición ante la prensa nacional e internacional en los últimos 20 meses, Timmer dijo además que Philips está aún lejos del lugar que desea ocupar en la industria. "Nuestro máximo deseo es aparecer entre las mejores firmas mundiales en todo lo que hacemos".

Hasta ayer, el mundo financiero holandés se preguntaba al unísono si la multinacional habría sido capaz de obtener en 1991 unos ingresos cercanos a los 2.000 millones de florines (112.000 millones de pesetas). Dicha cifra se considera necesaria para que Philips recupere la flexibilidad financiera perdida debido a los préstamos solicitados en el último quinquenio.

Los resultados de 1991 fueron bien acogidos en la Bolsa de Amsterdam, donde la cotización de las acciones de Philips pasó de 32,40 florines a 34,60. Electrónica para el consumo ha sido la única división deficitaria, con una caída de ventas del 2%. "Ello se debe a una bajada de los precios de un 5% derivada de la dura lucha librada para obtener una porción de este mercado, sobre todo en Europa". El número de empleados también ha disminuido desde que Timmer pusiera en marcha en 1990 su plan de saneamiento "Centurión". A finales del pasado año ascendía a 240.000, es decir 32.800 menos que en 1990.

Recortes de empleo

El otro apodo de Timmer, el Carnicero, le persigue en cuanto son mencionados nuevos recortes de empleo que ya no se prevén de forma tan masiva.

Además de un proyecto renovador para sacar a Philips de la crisis, el plan Centurion ha sido concebido como un código de conducta destinado a mejorar la productividad. Si el año 1990 fue el año del desastre, el ejercicio 1993 será el de las realidades.

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