Tres días de alto el fuego en Nagorni Karabaj para facilitar la mediación iraní
Alarmado por la escalada del conflicto en el enclave de Nagorni Karabaj y ansioso por demostrar su influencia en Asia central, Irán está redoblando sus esfuerzos por lograr una tregua entre azeríes y armenios. Teherán pretende poner fin a la guerra que desde hace cuatro años se libra a las puertas de la República Islamica. Para facilitar las gestiones del ministro de Exteriores iraní, Alí Akbar Velayati, ambas partes acordaron ayer un alto el fuego de 72 horas que entrará en vigor a primera hora de la mañana de hoy.El acuerdo fue anunciado ayer por el servicio de prensa de la Presidencia de Azerbaiyán, pero ninguna fuente armenia lo ha confirmado. Un cese de hostilidades de 25 horas, que Velayati ,hizo público después de entrevistarse en Bakú con el presidente azerí Ayaz Mutalibov, no fue respetado.
Velayati presentó a los azeríes una serie de "sugerencias" para un plan de paz y a continuación proyectaba desplazarse a Nagorni Karabaj, pero los combates se lo impidieron. Las fuerzas armenias, apoyadas por artillería, tomaron ayer la ciudad de Joyali, de población mayoritariamente azerí, en la que se encuentra el aeropuerto de Stepanakert, capital del enclave.
El conflicto de Nagorni Karabaj, que se ha cobrado ya más de 1.000 vidas, es considerado como la primera guerra de la era postsoviética que ni Mijaíl Gorbachov ni Borís Yeltsin lograron detener.
Karabaj, cuya población es predominantemente cristiana armenia, ha sido gobernada por los musulmanes de Azerbaiyán desde 1923. Los armenios proponen llamar a una fuerza multinacional de paz, posiblemente cascos azules de la ONU, mientras que los azeríes apoyan la tesis iraní de buscar una solución en un marco regional.
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