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Obiols propone una devaluación

El líder de los socialistas catalanes matiza la política monetansta de Carlos Solchaga

Ocurrió por primera vez. Ante un auditorio de 300 empresatios catalanes, un líder socialista pidió una política más flexible del tipo de cambio. Tuvo la osadía de solicitar una depreciación de la peseta, dentro de los límites posibles, para reforzar las exportaciones. Ralmon Obiols, primer secretario del PSC y candidato a la presidencia de la Generalitat, aunque aplaudió el eje de la política económica del Gobierno, puso de manifiesto la necesidad de fortalecer el tejido industrial autóctono. Por contra, el ministro de Economía, Carlos Solchaga, reiteró con énfasis su defensa de la orientación monetarista y del plan (aún por explicar) de convergencia con las economías comunitarias exigido por la cumbre de Maastricht.

Un acto preelectoral celebrado en Barcelona la noche del lunes, puso de manifiesto la existencia de distintos acentos a partir del tronco común de la política económica socialista. Obiols defendió, en un infrecuente discurso económico, la necesidad de reforzar la industrialización; Solchaga, por su parte, restó dramatismo a la terciarización y recordó que ya en 1983 la administración socialista había iniciado en solitario, sin el apoyo del resto de formaciones políticas, una amplia reconversión de las estructuras productivas. Obiols reiteró las demandas empresariales encaminadas a reducir los costes unitarios de la economía, una preocupación sostenida desde siempre por el ministro Solchaga; sin embargo, el discurso del primero matizó que la competitividad no es sólo cuestión de costes y precios sino que está sujeta a la capacidad de exportar.El enfoque del dirigente socialista catalán entronca con otros puntos de vista lanzados desde algunos foros empresariales -Círculo de Economía, Cámara de Comercio, Círculo de Empresarlos de Madrid- o con los análisis vertidos por determinados empresarios y por expertos económicos en la órbita del PSOE. Un argumento utilizado como punto de referencia coincide con el defendido por el catedrático de Análisis Económico de la Complutense, Julio Segura, quien propugna una política distinta a la instrumentada durante los últimos años. En su reciente discurso de ingreso en la Academia de las Ciencias Políticas y Morales, Segura afirmaba que la política que puede afectar de forma más inmediata a las exportaciones es la cambiaria. "Existen razones para sostener que la paridad actual de la peseta no responde a la realidad y que su sobrevaloración tiene el origen en la instrumentación de la política antiinflacionista", señaló Julio Segura.

Paradoja

En relación a la política industrial, Obiols expuso que "en los medios empresariales existe una clara incertidumbre por el elevado nivel de los costes financieros". Solchaga afirmó que su preocupación no se centra "tan sólo en el tipo de interés o en la contención del gasto público, sino en la exigencia de responsabilidad a los agentes económicos que en definitiva conciertan precios y rentas". "Hoy no es admisible la paradoja microeconómica según la cual cada uno actúa libremente sino que se trata de disciplinar incluso los niveles más pequeños de la actividad", dijo el ministro. Solchaga acudíó al tono normativo para alentar a los empresarios a cumplir las exigencias de la CE y recordó al auditorio que "la Cataluña alejada de los demonios familiares de un nacionalismo cerrado ha sido siempre la punta de lanza española en Europa".

El tono de Solchaga, que basó su exposición en la exigencia de disciplina y consenso para no perder la senda de los objetivos, contrastó con el mensaje de Obiols que reclamó el reforzamiento del tejido industrial con medidas concretas de formación profesional y refuerzo de infraestructuras como el Tren de Alta Velocidad, el ancho de vía europeo, la complementariedad desde Cataluña del plan de la vivienda o el esfuerzo de Barcelona como plaza financiera. Para Obiols el reto de la competitividad empieza en las administraciones públicas. "Sólo ganarem os conrianza ante los empresarios con una Generalitat eficiente", afirmó.

Obiols destacó, como noticias positivas recientes, la fusión entre la Caja de Pensiones y la Caixa de Barcelona que dio lugar a la Supercaixa y la creación del Instituto de Empresa Familiar.

300 empresarios, 300

., El ministro de Economía y Hacienda mantuvo su tono duro sin moverse del rigor laboral y fiscal que esgrime en encuentros con empresarios; pero supo cautivar de nuevo a un auditorio sensible a las ideas de rigor y racionalidad económica.

No era la primera vez que Solchaga apoyaba al socialismo catalán -mientras cultivaba su imagen-, y en esta ocasión tenía en la primera grada a lo más granado del mundo financiero: Josep Vilarasau (La Caixa), Antoni Serra Ramoneda (Caixa de Catalunya), Josep Oliu (Banco de Sabadell), y José Ángel Merodío (Banca Catalana); a representantes de las empresas de servicios, con Ricard Fornesa (Aguas de Barcelona) y José Zaforteza (Fecsa); del sector químico-farmacéutico, como Juan Grau (Carburos Metálicos), Rafael Forquet (Ferrer Internacional), Josep Esteve (Laboratorios Doctor Esteve), Antoni Gallardo (Almirall), Vila Casas (Prodesfarma); de la construcción, como Enric Reyna; del textil, como Lorenzo Gascón (La Seda); de los cementeros, como Juan Antonio Romeu de Delás (Uniland) y José Felipe Bertrán (Asland), y de las asociaciones empresariales y profesionales, como Antonio Civit (Consejo Intertextil) y Carlos Tusquets (Círculo de Economía).

El ministro situó a la economía española en "meJor posición que la de los cinco grandes países europeos (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España) por las reacciones quese han vivido en cada uno de ellos en el momento de afrontar los objetivos de inflación, déficit y endeudamiento de las administraciones públicas".

"Somos estables", dijo Solchaga. "En la parte alta de la banda alta de la peseta, somos estables", ironizó en un momento de su alocución que podía interpretarse como la respuesta posibilista a las peticiones de Obiols en su intervención y al sentir general de muchos de los 300 empresarios asistentes.

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