González expresa su "intención" de convocar elecciones 1993

El presidente del Gobierno, Felipe González, tiene "intención" de convocar las próximas elecciones legislativas en 1993, año en que concluye la legislatura iniciada en 1989, según afirma en una entrevista publicada por la revista Panorama. El jefe del Ejecutivo resalta que, no obstante, lo que realmente le preocupa es 1997, fecha del inicio de la tercera fase de la unión económica y monetaria europea.González asegura que no siente en absoluto la necesidad de decir "misión cumplida". A este respecto, el subsecretario del Ministerio del Portavoz del Gobierno, Miguel Gil, matizó ayer que González declaró al diario portugués Público que en 1995 se podrá- comprobar que él no quería ser presidente de la Comisión Europea, no que renunciaba a seguir en esa fecha de jefe del Gobierno español. Esta interpretación fue compartida por uno de los autores de la entrevista, Jorge Wemans, director adjunto de Público.

El comentario que indujo a intepretar que piensa retirarse antes de 1995 correspondía a una parte de su respuesta a la pregunta "¿Pero no tiene la intención de ser presidente del Gobierno toda la vida?". La respuesta publicada ayer en el resumen de la entrevista de Público citaba: "No, toda la vida no. Dios nos libre de un presidente de Gobierno para toda la vida. Sería horroroso. Hablando en serio, en 1995 podré decir: "Recuerden que yo dije que no quería...". Pero la respuesta de González continuaba: "Y me responderán: 'Claro, lo dijo porque quería y ahora que no lo consiguió dice que...". Un añadido referido inequívocamente a su posible acceso a la presidencia de la Comisión Europea, según Miguel Gil y Jorge Wemans.

En las declaraciones a la revista Panorama, Felipe González afirma respecto a las próximas elecciones legislativas: "Mi intención es acabar la legislatura, y además hacerlo en 1993 y no antes, pero mi preocupación está en l997".

"Deberíamos diferenciar claramente", defiende Felipe González, "entre la necesidad de combatir cualquier tipo de corrupción y las batallas dirigidas al deterioro del adversario y que afectan gravemente al crédito de nuestro país. Hemos pasado de la dictadura a la democracia sin pedir cuentas a nadie, y no me arrepiento. Pero estamos cayendo en un descrédito de la función política, que me parece intolerable y perjudicial para el país".