_
_
_
_
_

Rosa Conde insiste en que habrá plan de convergencia aun sin acuerdo social

El Consejo de Ministros analizó ayer un informe del ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, sobre el plan de convergencia con la CE. En concreto, Solchaga presentó un primer proyecto del cuadro macroeconómico 1992-1996, que permitirá a España incorporarse a la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria (UEM) en 1997, fecha en la que se decidirá la adopción de una moneda única. Más adelante el Gobierno abordará el escenario presupuestario para ese periodo junto con una serie de medidas estructurales.El Gobierno quiere terminar este plan antes de un mes y entonces lo presentará ante el Parlamento. "Deseamos que exista el máximo diálogo", explicó la ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde, "pero el programa debe salir adelante con o sin el respaldo de las fuerzas políticas y sociales".

Para entrar en esta tercera fase de la UEM, España no puede superar en 1,5 puntos la inflación media de los tres países de la CE que la tengan más baja; los tipos de interés tampoco podrán exceder en dos puntos de la media de los tres estados miembros donde estén más bajos; el déficit de las Administraciones públicas tendrá que ser inferior al 3% del PIB y la deuda pública no debe superar el 60% del PIB. Además, la peseta debe estar en 1994 en la banda estrecha del Sistema Monetario Europeo.

Rigor presupuestario

Por el momento, sólo ha trascendido un primer escenario presupuestario elaborado por el Ministerio de Economía y Hacienda en el que se sitúa el objetivo de déficit público en el 0,52% del PIB, frente al 4,45% del pasado año; es decir, muy por debajo del objetivo de convergencia. Según delaró recientemente el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Zabalza, se hará mayor hincapié en el rigor presupuestario ya que es donde hay una mayor capacidad de decisión.

Por otra parte, el subgobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, declaró ayer que "la Europa de dos velocidades existirá inevitablemente porque hay países con distinto nivel de desarrollo". Para Rojo, cuando se habla de la desaparición de la Europa de dos velocidades -distinto ritmo de incorporación a las etapas de la UEM- debe entenderse que los países que tienen más problemas de convergencia han de tener periodos de ajuste más largos que otros".

Durante un ciclo de conferencias organizado por la fundación Ramón Areces y la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Rojo señaló que el proceso de la UEM beneficiará a los países con tensiones inflacionistas -entre los que se encuentra España- al incorporar "un elemento de disciplina que permitirá además reducir los tipos de interés".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_