La política económica del Gobierno es electoralista, según los obispos

La política económica del Gobierno tiene "unos matices claramente electoralistas" según la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española. Los 22 obispos que forman parte de este organismo afirman que el Ejecutivo socialista "olvida las necesidades de reindustrialización y una reforma y modernización de la agricultura y ganadería en toda la cornisa cantábrica". El episcopado analizó en su 146 sesión, que finalizó ayer en Madrid, la situación socioeconómica de España ante la entrada en vigor del Acta Única.

Los actuales índices de paro, de inflación y el déficit presupuestario dificultan "enormemente", a juicio de los obispos, mantener la competitividad de España en el marco de la Europa del Acta Única. Terminar con el problema del paro, que aumentó durante el último trimestre de 1991 y que afecta, de acuerdo con el estudio realizado por los obispos, a un 16,36% de la población, "es una tarea difícil", agravada porque ha aumentado durante los últimos, años la inmigración. En el comunicado hecho público al término de la reunión los obispos indican que "el porcentaje de ocupación laboral", que con un 37% está siete puntos por debajo del europeo, "es también uno de los retos de nuestro país".Los obispos consideran que el problema del paro no es "achacable" solamente a la política gubernamental o a las variaciones demográficas; también lo es a la economía sumergida. "El fraude a la hora de cobrar el subsidio de desempleo alcanza cifras espectaculares, al haber gran cantidad de 'parados' que trabajan en diversas ocupaciones de economía sumergida".

La situación de inestabilidad laboral es también abordada por el obispo de Huesca, Javier Osés, en la carta que dirigirá a sus feligreses el próximo domingo. El prelado justifica las recientes movilizaciones laborales y enfrentamiento registrados en el norte de España subrayando el "drama interior" de las familias "que ven desaparecer su puesto de trabajo", informa Europa Press.

La inflación constituye para los obispos "el segundo gran desequilibrio" de la economía española. Indican que produce un desaliento de las inversiones y en la creación de empleo, eleva los tipos de interés y erosiona el poder de compra de los ahorros. Los prelados consideran que la inflación "es uno de los grandes problemas económicos que sufre España" y sostienen que, para contrarrestarlo, el Gobierno "sólo emplea la medida terapeútica de enfriar la economía, con la consecuente pérdida de competitividad, tanto en los mercados interiores como en los exteriores".

Críticas sin alternativas

Los obispos también acusan al Ejecutivo socialista de intentar solucionar el déficit público captando los "ahorros privados, con lo cual repercute en la empresa privada y eleva los tipos de interés". Este análisis, hecho público en un comunicado que no recoje las alternativas que aplicarían los obispos para corregir esta situación, fue realizado por la comisión permanente tras estudiar un informe elaborado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que preside Josep Maria Guix.

Asimismo, los obispos reflexionaron sobre la situación del matrimonio, que consideran "una vocación" y del que reafirmaron su "indisolubilidad", y la familia. Los prelados reclaman la cooperación de los laicos para elaborar propuestas que permitan renovar y revitalizar la familia cristiana.

La comisión permanente rechazó la propuesta del Ministerio de Justicia, no hecha pública por las partes, para equiparar al profesorado de Religión y Moral Católica con los interino de los centros públicos de enseñanza. Asimismo, el secretario de la Conferencia, Agustín García Gasco informó de la próxima visita del Papa a España en 1993, con motivo del Congreso Eucarístico Internacional, aunque especificó ni el calendario ni el tiempo de duración de esta visita.