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Cantabria vivirá el lunes un día de luto oficial para mostrar su indignación por el atentado de ETA

Cantabria vivirá el próximo lunes un día de luto oficial. El presidente cántabro, Juan Hormaechea, decretó ayer que las banderas ondeen esa jornada a media asta para expresar la indignación ciudadana por el asesinato, el miércoles, de un matrimonio que iba a recoger su vehículo, alcanzados por 25 kilos de amosal etarra. El comando detonó un coche bomba al paso de una furgoneta policial en el barrio de la Albericia. Hormaechea resumió con la frase "los terroristas no están en el orden de lo humano" la repulsa de toda la sociedad cántabra por el atentado de ETA. Antonio Ricondo Somoza, que fue dado por muerto en un primer momento, permanecía ayer en coma terminal, mientras que el estado de los dos policías heridos es muy grave.

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El Ayuntamiento santanderino, CC OO y UGT han convocado para la una de la tarde de hoy un paro silencioso de cinco minutos en toda la comunidad en repulsa por la acción terrorista, así como una manifestación a las ocho de la tarde. También hoy se celebrará en Madrid el festival de música organizado en apoyo de la Asociación de Víctimas del Terrorismo.Unos mil estudiantes, compañeros de clase de un hijo de los fallecidos, se manifestaron ayer en silencio por las calles. Otros tantos trabajadores del hospital Marqués de Valdecilla, donde el asesinado Eutimio Gómez trabajaba como calefactor, se concentraron ante la puerta del centro hospitalario para mostrar su "asco y consternación". Al término de la protesta, se leyó un comunicado que decía: "El error es ETA. El error es Herri Batasuna. El horror y la muerte se llaman ETA, Herri Batasuna, Idígoras, Iruin, Erkizia".

Todos los partidos de la región y el Consejo de Gobierno tradujeron ayer en comunicados y notas públicas la repulsa y el desprecio por el asesinato etarra que sentían los ciudadanos cántabros. Juan Hormaechea convocó una rueda de prensa en la que destacó la "sangre fría monstruosa" de los asesinos. El presidente del Ejecutivo autónomo recalcó que la declaración del día de luto pretende llevar al ánimo de todos los cántabros "la serenidad que, precisamente en estos, momentos, debe tener nuestra región y nuestra nación".

La Delegación del Gobierno en Cantabria expresó que "la distinción etarra entre víctimas civiles y policiales es un ejercicio de cinismo que una sociedad democrática no puede permitir ni consentir", informa Efe.

Eutimio Gómez Gómez, de 43 años, natural de Barrio (Cantabria), y su esposa Julia Ríos Rioz, de 41, natural de Santander, caminaban para recoger su vehículo en un aparcamiento del barrio de la Albericia a las 20.10 del miércoles. La mujer acababa de dejar su trabajo en una panadería de la zona, adonde su cónyuge la había ido a buscar. En ese momento, el coche bomba hizo explosión y acabó con sus vidas en el acto.

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Coma terminal

La explosión iba dirigida contra una furgoneta del Cuerpo Nacional de Policía que se dirigía a un cuartel situado a unos 300 metros y estaba ocupada por los agentes Benito Saiz Corral, de 50 años, y Francisco Vega Cumplido, de 40. Ambos se encontraban ayer muy graves. Benito Saiz sufre fracturas múltiples en las extremidades y heridas en la cara y el cuerpo. Francisco Vega padece hundimiento craneal.

Detrás de la furgoneta policial viajaba en su vehículo Antonio Ricondo Somoza, de 28 años. La onda expansiva le causó daños tan graves que en la noche del miércoles la información facilitada por el hospital Marqués de Valdecilla le daba por muerto. Ayer se precisó que se encuentra en coma terminal con estallido craneal y pérdida de masa encefálica. Seis de los 17 heridos menos graves seguían ayer ingresados.

Fuentes de la Delegación del Gobierno citadas por Europa Press señalaron que el coche bomba estaba cargado con unos 25 kilos de amosal y otros tantos eslabones de cadena, que actuaron como metralla. El vehículo empleado por los terroristas fue un Ford Fiesta blanco matrícula SS-2278-X que había sido robado el pasado 12 de enero en San Sebastián y cuya matrícula había sido cambiada por otra de Santander.

La policía cree que la banda terrorista cuenta en Cantabria, comunidad en la que no atentaba desde el 23 de octubre de 1990, con un comando de apoyo, en vista de cómo se produjo el atentado. Varios testigos han señalado que vieron a dos hombres jóvenes salir corriendo del lugar de los hechos tras la explosión.

Las fuerzas de seguridad se hallaban en alerta desde que el 8 de febrero fue localizado en la avenida de Leonardo Torres Quevedo, cercana a la Albericia, un coche con matrícula falsa de Burgos que había sido robado en Elgóibar (Guipúzcoa). "Todos estábamos en la idea de que algo podía suceder, pero nunca pensamos en algo tan trágico. Se habían tomado todas las medidas de seguridad necesarias. Pensamos que siguen aquí", dijo el alcalde de Santander, Manuel Huerta, a Antena 3 de radio.

El barrio obrero de la Albericia, con 5.000 habitantes, volvía ayer a la normalidad, mientras centenares de santanderinos recorrían ayer sus calles durante todo el día para comprobar la magnitud de la explosión. La Delegación del Gobierno se puso pronto en contacto con una empresa de la construcción que a primera hora envió personal a estudiar las tareas de reparación necesarias en los edificios más afectados por el estallido.

Más información en la página 26

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