La palabra 'socialismo'
El tema que plantea el señor Yeschenko -EL PAÍS, 7 de febrero- parece ser un viejo problema filosófico, bautizado por Quine como "las barbas de Platón", en el que se pregunta: ¿cómo podemos hablar (nombrar) algo que no existe?Yeschenko acude al ejemplo clásico del centauro y lo declara inofensivo. No ocurre lo mismo con la palabra socialismo, aunque sea juzgada por el mismo delito: carencia de referente, inexistencia de su objeto.
En realidad, esta acusación no es legítima y menos en ámbitos pragmáticos -donde, por norma, no se entiende que "una palabra denote una cosa o un fenómeno que existe en este mundo", a menos que ese mundo contenga menos de doscientas palabras.
La carencia de referente no verbal no puede descalificar una palabra: el discurso matemático, por ejemplo, se hundiría (busquen referentes para integral, función, o,. más obviamente, para cero o infinito). Mantenemos su significancia por criterios pragmáticos precisamente. La palabra socialismo puede muy bien carecer de referente, pero un criterio pragmático, el principio de economía, la legitima como nombre de una idea (no de un objeto).
El propio Yeschenko sabe cómo es esa idea (libertad, bienestar, justicia social"). No se, pregunta qué es esa idea, sino que sabe cómo es y con eso basta. Así, parece que todo el artículo destinado a desprestigiar la palabra socialismo acaba defendiendo la idea de que esa palabra ha sido reconocida históricamente. Si le cambiamos el nombre seguirá sin tener referente porque es constitutivo de una idea no tenerlo. Así, el peligro no puede provenir del nombre que se dé a las ideas, sino de las actividades que generen. Pero esto ya escapa al ámbito ontológico-semántico en el que Yeschenko se lía y recae en el terreno de la ética. Y aquí, la adscripción a una idea parece ser fruto de una decisión última que generalmente no es derrotada por el argumento de la inexistencia de su objeto, ya que lo que habitualmente se propone precisamente es hacerlo existente.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.