Represalias

Ojo por ojo... Las negociaciones de paz árabe-israelíes de después de Madrid no han quitado validez a la vieja ley bíblica. Una vez más, se ha sumergido a Oriente Próximo en el ciclo sangriento de las represalias, en el que cada atentado exige un castigo; cada afrenta, una venganza. Oficialmente, el ataque aéreo que ha costado la vida al secretario general del movimiento proiraní Hezbolá, Abas Musawi ( ... ), no respondía al asesinato por arma blanca, la víspera, de tres jóvenes reclutas en un campamento militar israelí. ¿No había ya respondido Jerusalén, como de costumbre, bombardeando la misma mañana dos campos palestinos cercanos?( ... ) Al matar a uno de sus peores enemigos, el Estado israelí ha querido dar un mensaje de intransigencia: ningún atentado antiisraelí quedará sin castigo. ( ... ) Los militantes de Hezbolá buscarán sin duda, a su vez, vengar con sangre la muerte de su jefe. Pero la amplitud de su respuesta dependerá mucho de la libertad de acción que les deje Siria, dueña del juego en Líbano. ( ... ) Catalogado como moderado en el seno de un movimiento abiertamente extremista, Musawi había facilitado las vastas negociaciones que permitieron la liberación de los rehenes norteamericanos y británicos en Líbano ( ... ). Con el anuncio de que su delegación asistirá a la conferencia de paz de Washington del 24 de febrero, Siria confirma que su solidaridad con los combatientes proiraníes tiene sus límites.

18 de febrero