Seguimiento
Corcueridades aparte, la corcuerez del ministro Corcuera ha conseguido que pasaran por la corcuera Su Señorías de la mayoría parlamentaria, con el auxilio espiritual del PNV y Convergéncia i Unió. Recurso de inconstitucionalidad presentan los antagonistas, y no es mal recursco pero se me ocurre que podrían dedicar parte de su energía crítica a crear una oficina de seguimiento de los desmanes que causará la lamentable ley. Por lo visto y oído, el Defensor del Pueblo se ha corcuerizado demasiado en este caso y urge la creación de un instrumento jurídico y político que siga los pasos del señor Corcuera, no con el fin de bloquear su celosa vigilancia de nuestras puertas, sino de recoger los restos de las puertas abatidas y de los naufragios de derechos humano transgredidos sobre la base de infor maciones poco comprobadas o malintencionadas de origen. Todo aquel que sea víctima de los imprevisibles errores derivados de una ley que es en sí misma un error tendría derecho a asesoría legal y a compensaciones materiales y morales, entre las que no debería excluirse la retención del señor ministro, en tanto se comprueba si el carné de identida que lleva encima es verdadero o falso, no vaya a ser que los capos de narcotráfico secuestren al Corcuera verdadero y pongan en circulación uno falso. Es más. No perderíamos el tiempo si alguien se acercara al aparente ministro y cariñosamente comprobara si lo que lleva es cara o máscara. ¿No se habrá producido ya el secuestro y la sustitución? Idéntica sospecha es albergable con respecto a Sus Señorías corcuerizadas que han vuelto a sufrir en la Cortes amnesias democráticas de las que marcan época, aunque la pérdida de la memoria ya no es excepción, sino regla, y nuestra mayoría parlamentaria y asociados hace ya tiempo que perdieron la cara de tanto usar corporativa máscara.
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