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Bush hace oficial su candidatura a la presidencia

Antonio Caño

La fiesta ha comenzado. La proliferación de barras y estrellas, rojos y azules, confetis y pancartas que caracterizan toda campaña electoral en Estados Unidos comenzó ayer con el anuncio oficial del propósito de George Bush de competir por cuatro años más en la Casa Blanca. Todo el país mira ya hacia las primarias del Estado de New Hampshire, adonde el presidente viajó inmediatamente después de proclamar su candidatura.

El primer acto de la campana de Bush fue presentado por uno de sus grandes puntales en esta carrera, su esposa Bárbara, la misma que le limpió mater nalmente el vómito durante su agitado viaje a Japón.Vestida con un traje azul que contrastaba patrióticamente con las franjas rojas y blancas de la bandera nacional, Bárbara Bush dijo a los norteamericanos que podían confiar en este hombre, al que conoce desde hace casi medio siglo, del que se enamoró vestido de uniforme militar y al que ha visto después convertirse en empre sario, político y, por último, en presidente de la nación más importante de la tierra. "Han sido muchos años y muchos cambios, pero una cosa ha sido constante: el amor por su familia y por su país", dijo.

Quizá contra su propia voluntad -muchos rumores han circulado en Washington sobre el deseo de la primera dama de que su marido abandone la política-, Bárbara Bush dejó ante los micrófonos situados en la sala de un hotel a dos manzanas de la Casa Blanca al hombre que ha decidido asumir el compromiso de conducir a su país hasta las puertas del siglo XXI y dirigir la modernización que EE UU requiere.

Acompañado del matrimonio Dan y Marilyn Quayle -el vicepresidente y su esposa-, Bush dijo que había llegado a la presidencia decidido a hacer un trabajo importante y que quiere terminar lo empezado.

Sin gafas, con un traje gris claro, imperceptible pero eficazmente maquillado, el presidente hizo gala de una energía y fe en sí mismo que pretendían echar por tierra las sospechas de que su estado de salud le impide un segundo mandato. "Voy a luchar para ganar. Estoy decidido a ganar y voy a ganar", aseguró ante un millar de seguidores'protegidós por fuertes medidas de seguridad.

Bush recordó sus éxitos en política exterior, la guerra del Golfo, la muerte del comunismo, la desaparición de la amenaza nuclear y la reafirmación de EE UU como "líder indiscutido del mundo". Prometió recuperar la economía y prestar atención a los problemas de las familias norteamericanas, pero advirtió contra los que defienden el proteccionismo y el aislacionismo. Trató de presentarse como el único candidato que posee el poder de liderazgo para conducir los destinos de este país en el futuro.

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En New Hampshire George Bush se encontró con la agresividad de su contrincante en las filas republicanas, el comentarista Patrick Buchanan, que ha conseguido convertirse en un serio rival gracias a un mensaje sencillo en contra de los impuestos y en favor de la clase media. Buchanan es un brillante orador que ha hecho famosas en el país dos frases: "América primero" y "Lea mis labios: no más impuestos".

La amenaza de Buchanan le quitará tiempo a Bush para atacar a los candidatos demócratas, entre los que el ex senador Paul Tsongas parece consolidarse como principal aspirante a la victoria de estas elecciones primarias en el Estado de New Hampshire.

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