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Los políticos del Ulster acogen fríamente la llamada de Major a la paz

Enric González

El primer ministro británico, John Major, pidió ayer personalmente a los principales políticos de Irlanda del Norte que consigan un acuerdo de pacificación con el que poner fin a la espiral terrorista. El mensaje de Major fue tibiamente acogido, y no parece que su intento de conciliación pueda obtener grandes resultados. Los líderes norirlandeses no habían acudido juntos al número 10 de Downing Street desde hace 16 años, cuando el laborista Harold Wilson convocó una reunión muy parecida a la de ayer.

La reacción más negativa fue la del reverendo lan Paisley, del Partido Unionista Democrático (probritánico). "No tiene la menor importancia que volvamos a hablar", dijo. "La violencia seguirá si no la vencemos por la fuerza". John Hume, líder del Partido Laborista y Socialdemócrata (SDLP), pidió "medidas políticas urgentes" para atajar la violencia, refiriéndose a la reinstauración del Parlamento autónomo de Irlanda del Norte. Los otros dos líderes participantes fueron Jámes Molyneaux (unionista) y John Alderdice (Alianza, no sectaria).El Sinn Fein, brazo político del IRA, no fue invitado a la reunión. El IRA emitió ayer un comunicado en Dublín en el que calificó de "pura propaganda" la iniciativa de John Major y de "inútil" el incremento de las tropas desplegadas en los condados del Ulster. Ayer empezaron a llegar los 600 soldados de refuerzo enviados por Londres como reacción a la matanza de católicos en una casa de apuestas, la semana pasada. En lo que va de año, 26 personas han muerto en atentados del IRA (proirlandés) o de la Unión para la Defensa del Ulster (probritánica).

Las conversaciones de paz impulsadas por el ministro para Irlanda del Norte, Peter Brooke, se interrumpieron hace casi un mes debido a la proximidad de la campaña electoral. La reunión de ayer concluyó con la promesa de las partes de mantener un nuevo encuentro próximamente, aunque no fue determinada fecha alguna. Sin embargo, no parece probable que el diálogo se reanude hasta pasadas las elecciones, que deben celebrarse entre el 9 de abril y el 5 de julio.

Albert Reynolds tomó ayer posesión de su cargo como primer ministro irlandés, tras recibir 84 votos a favor y 78 en contra en el Parlamento. Y su primera acción tras comunicar la decisión parlamentaria a la presidenta de la República, Mary Robinson, fue telefonear a Major para ofrecerle colaboración en la lucha antiterrorista. Reynolds no sólo muestra una actitud más dura frente al IRA que la de su antecesor, Charles Haughey, sino que, a diferencia de éste, podría ser aceptado como interlocutor por los líderes del Ulster más visceralmente antiirlandeses (léase lan Paisley). Haughey y su desdén hacia todo lo británico, muy arraigado en Irlanda desde que obtuvo la independencia en 1922, parecen ser cosa del pasado.

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