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Las ayudas de la CE al desarrollo regional en España crecerán hasta unos 300.000 millones de pesetas más en 1997

ENVIADO ESPECIAL La Comisión Europea aprobó ayer en Estrasburgo la propuesta financiera para los próximos cinco años, que intenta responder a los desafíos interiores y exteriores asumidos por los Doce en el Tratado la cumbre de Maastricht. El proyecto será presentado hoy por el presidente Jacques Delors al Parlamento Europeo. El nuevo marco presupuestario quinquenal contempla una duplicación de las ayudas a las regiones atrasadas de los cuatro países más pobres (España, Portugal, Grecia e Irlanda), el reforzamiento de la acción exterior y un programa para relanzar la investigación tecnológica y la competividad de la industria europea de armamento, electrónica, automóvil y textil. España se beneficiará con un aumento de las ayudas regionales, que crecerán progresivamente hasta alcanzar unos 300.000 millones de pesetas más en 1997.

La propuesta de la Comision tiene que superar la diferencia de intereses entre los Doce antes de ponerse en marcha. El plan de Delors era convocar una cumbre extraordinaria en abril o marzo dedicada en exclusiva a aprobar las perspectivas financieras. La presidencia portuguesa es muy reticente, temerosa de estrenar su primer mandato al frente de la Comunidad con un fracaso. El primer minitro portugués, Aníbal Cavaco Silva, es partidario de dejar el tema para la cumbre de junio.

Fuentes comunitarias recuerdan que "hicieron falta 18 meses de duras negociaciones y tres cumbres para sacar adelante el paquete Delors I", aquel que, como resultado del Acta única, decidió en 1988 la duplicación de las ayudas regionales en un plazo de cinco años. Dejar el tema para junio, añaden, "es tentar a la suerte, pues sería la primera vez que un tema de esta envergadura saliera a la primera". A Portugal, le sigue en la presidencia el Reino Unido, opuesto a aumentar el gasto.

Contra la aprobación rápida del nuevo marco presupuestario juega la celebración de elecciones en el Reino Unido e Italia, así como la crisis del partido socialista en el poder en Francia. La débil coyuntura económica y "el precio de la unificación" han llevado a Alemania a imponer un tope al presupeusto de la CE del 1,35% del PIB de los Doce. La Comisión plantea un 1,37%, pero habrá que esperar al regateo entre los Gobiernos.

El nuevo cuadro presupuestario para el período 1993-97, el segundo en la historia comunitaria, responde a la necesidad de dotar a la CE de mayores recursos financieros para atender a los compromisos asumidos en el Tratado de Unión Europea. Al igual que sucedió con la reforma aprobada en febrero de 1988, para compensar a los países más pobres del efecto desigual del mercado único, ahora la unión monetaria permite dar un paso adelante en el refuerzo de la cohesión. La reforma tendrá, sin embargo, un alcance inferior al que reclamaba España y no tendrá en cuenta el principio de progresividad a la hora de fijar las contribuciones de cada país.

Disponer del 1,37% del PIB de los Doce le supondrá a la CE contar con casi tres billones de pesetas más en 1997. Una parte importante, sobre un presupuesto que en la actualidad es de 8,5 billones, se dedicará a duplicar las ayudas que reciben las regiones más desfavorecidas de España, Grecia, Portugal e Irlanda. Dentro de ese aumento se incluye la dotación del nuevo fondo de cohesión que empezará a funcionar en 1994. La aportación global para cuatro años será de unos 7.500 millones de ecu (975.000 millones de pesetas), la mitad, de la cantidad a la que aspiraba el Gobierno (487.500 millones de pesetas al año).

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