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Madrid en conflicto

Llegar al trabajo será hoy un vía crucis

Javier Casqueiro

Los autobuses municipales que circularon ayer por Madrid fueron 256. Otro que estaba preparado se estropeó. Los trabajadores, como habían anunciado el día anterior y tras cumplir siete jornadas de huelga total, permitieron la salida de los servicios mínimos fijados por la Administración, "para desbloquear el conflicto". Los usuarios, sin embargo, apenas los utilizaron, por desinformación o mala combinación.Durante las primeras horas, los 256 autocares municipales coincidieron en la calle con los 120 que el Consorcio de Transportes -el organismo público que regula el funcionamiento del Metro y de la Empresa Municipal de Transportes (EMT)- había contratado a las empresas privadas para cubrir unos servicios mínimos alternativos. En cuanto se comprobó que los trabajadores habían cumplido su anuncio, estos coches se retiraron.

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José Antonio García Alarilla, concejal de Circulación, comentaba así esa actitud de la Plataforma Sindical (mayoritaria en la EMT): "No sé si lo han hecho de forma voluntaria o presionados por la decisión del Consorcio de contratar con empresas privadas esos servicios mínimos".

No hubo incidentes. Tampoco avances. Las posiciones en el conflicto de la EMT regresan al mismo punto en que se encontraban hace una semana.

El Ayuntamiento, el Consorcio y la dirección de la empresa valoran el paso dado por los trabajadores como "una vuelta a la racionalidad"; pero los responsables políticos apuntan que para recuperar la negociación del convenio los trabajadores y la Plataforma Sindical tiene que desconvocar la huelga en vigor. Además, la readmisión de los 28 despedidos por organizar la huelga ilegal del 15 de enero continúa siendo una reivindicación inviable.

El comité de huelga de la EMT, formado íntegramente por miembros de la Plataforma, distribuyó ayer en los autocares miles de octavillas en las que culpa del conflicto a "la cerrazón del gerente de la EMT, a la soberbia del consejero y presidente del Consorcio de Transportes, y a la dureza del alcalde de Madrid". La ideología municipal la califican de reaccionaria. Además, denuncian el interés oculto de privatizar este servicio.

Pablo Rodríguez Peña, líder de la Plataforma, reconoció ayer que ahora los trabajadores se encuentran "en el buen camino", tanto de cara a la sociedad como a la empresa o a posibles mediadores para reemprender las conversaciones. Ayer la Plataforma envió un telegrama al ex alcalde socialista Juan Barranco para que actúe en este sentido. "Ya no hay excusas", dijo el sindicalista, "los servicios mínimos se cumplen. A pesar de que son peores que los que nosotros ofrecimos la semana pasada, los autobuses ya no están secuestrados, podemos hablar".

Rodríguez Peña no admitió, sin embargo, que esta decisión de aceptar unos servicios mínimos establecidos por el Consorcio sea un paso atrás. El líder de la Plataforma señaló, en una nueva y masiva asamblea, que algunos empleados de las cocheras de Entrevías habían sido críticos con el acuerdo. Rodríguez lanzó dos avisos: el incumplimiento de los servicios mínimos se puede reanudar en cualquier momento; y la huelga se prolongará, desde el 29 de febrero, otros tres meses.

Horas punta sin metro

Los paros convocados desde hoy y hasta el viernes en el metro y ratificados ayer por las asambleas de trabajadores coinciden con las horas punta (de 7.00 a 9.00 y de 18.30 a 20.30). En esos periodos, este transporte es utilizado por 250.000 y 200.000 personas, respectivamente. Además, a propuesta de un asistente a la asamblea matinal, no se cumplirán los servicios mínimos. La empresa los fijó en el 60% en horas valle y en el 65% en horas punta. Los sindicatos los ven "abusivos". Entre el 25 y el 29 de febrero, la huelga será total.El comité aguardó todo el fin de semana una reunión con la dirección, pero no se produjo. En la madrugada del viernes se interrumpieron los contactos. Los trabajadores piden una subida lineal para toda la plantilla de 20.000 pesetas. "Hay una diferencia tremenda de categorías", explicó un portavoz. Además, reclaman una reducción de jornada y creación de empleo. "Hace cuatro años éramos 6.400, y ahora no llegamos a 5.900. El año pasado, el personal de movimiento realizó 62.000 horas extras".

Los trabajadores recibieron ayer otra contraoferta que les reportaba entre 7.000 y 10.000 pesetas mensuales.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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