"Ningún metro del mundo gana dinero"
Ramón López-Mancisidor del Río, presidente del Metro de Madrid desde el jueves, de 61 años, es ingeniero industrial. Su experiencia en la compañía ferroviaria acumula 31 años. Durante 15 fue el responsable de su explotación. Cree que le han propuesto para el cargo porque es un técnico, "no un político". Ahora se enfrenta a negociar un convenio con la amenaza de una huelga a partir del martes. No milita en ningún partido.
Pregunta. ¿Qué sucede en los transportes públicos para que estén tan convulsionados?Respuesta. Esto pasa en todas las ciudades del mundo. Por un lado, el usuario cada día exige más. Por otro, las calles cada vez están más colapsadas de coches. La solución a estos problemas pasa por un transporte, público que debe tener un nivel de calidad mayor. Adquiere tal importancia el transporte público en las ciudades que lleva a que cualquier acción sea un espejo.
P. ¿El conflicto del metro tiene solución sin huelga?
R. Espero. La empresa aportará todo lo que está en su mano, aunque hay que tener en cuenta que se está iniciando la negociación del convenio. Los trabajadores, tras las primeras reuniones, también parecen bien predispuestos.
P. Su predecesor dimitió porque no estaba de acuerdo con la política de transporte del Ayuntamiento. ¿Qué debe aportar el municipio a los transportes públicos?
R. Yo soy un técnico, no un político. Me han nombrado para que me preocupe de cumplir de la forma más económica y eficiente los objetivos que los diversos políticos me fijen y hacerlo de acuerdo con un presupuesto. De dónde provenga ese presupuesto y los fondos que son necesarios para ese presupuesto es un tema que se sale de mi competencia. En cualquier caso, el contrato programa firmado con el Consorcio de Transportes lo marca casi todo. A mí se me fija un presupuesto y de acuerdo con ese dinero estableceré las necesidades.
P. ¿Privatización sí o no?
R. No hay ningún metro del mundo que gane dinero. O se ponen unas tarifas muy altas, cosa que socialmente puede no ser admisible, o de lo contrario tiene que tener una subvención. No hay ningún metro que esté explotado privadamente, y, aunque todo puede ocurrir, por el momento en Madrid lo veo inviable.
P. ¿Un comité fragmentado como el del metro, o con los sindicatos de clase debilitados y los gremiales acaparándolo todo como en la EMT, es un interlocutor válido para la empresa?
R. La situación en la EMT es distinta, los conductores son la base y es normal que lo copen casi todo. En el metro no sucede eso, hay 33 miembros repartidos entre seis sindicatos, el que más tiene son nueve representantes, pero conductores sólo hay 1.200 sobre una plantilla total de 6.000 trabajadores. Lo cierto es que hasta ahora el comité de empresa del metro ha sido razonable, con las lógicas tensiones y discrepancias.
P. ¿Cuáles son los objetivos inmediatos que se ha marcado?
R. Hay tres líneas de actuación primordiales y que además se pueden acometer a la vez: mejorar las relaciones laborales, en la limpieza y en la seguridad de las instalaciones.
P. ¿Se puede actuar en alguna de estas líneas en concreto e inmediatamente?
R. Desde el punto de vista de las relaciones laborales, para eso estamos negociando en estos momentos el convenio. En cuanto a la limpieza, también vamos a tomar acciones inmediatas dentro de lo posible y de los presupuestos que tenemos. Sobre la seguridad, aparte del tema en sí, pienso que es un problema de imagen que no se corresponde con la realidad. Existe una sensación de inseguridad que se va transmitiendo y que ha pasado en todos los metros. Además de tomar medidas, vamos a lanzar campañas para cambiar esa imagen.
P. ¿Le han marcado alguna directriz los políticos del Ayuntamiento cuando le propusieron para este cargo?
R. Todavía no ha habido ocasión, aunque esto no quiere decir que no pueda haberla en el futuro.
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