La noche de la boa
Con cinco músicos muy interesantes y dos voces (Esperanza y Juan Pablo), La Boa comenzó un concierto que aunque en un principio desprendía nervios y tensión, poco a poco y con fuerza fue recuperándose hasta conseguir momentos espléndidos.Juan Pablo Silvestre, que en su anterior etapa como locutor radiofónico ha sido uno de los innovadores más importantes en el medio, intenta serlo también en esta nueva experiencia. Busca, investiga, recicla y personaliza sonidos calientes por el camino oscuro y tortuoso de sus letras. Uno de sus mayores atractivos reside en la falta de prejuicios ante la elección de los elementos que definen su trabajo.
Los juegos de perfección e imperfección en las voces, en la que quizá Silvestre necesitase pulir algunos detalles importantes, introducidas en ritmos frescos y dolorosos, convierten su música en pequeños malabarismos, aparentemente sencillos, pero que encierran tras de sí ese lado salvaje que la edad te permite recorrer.
La Boa
Juan Pablo Silvestre (voz), Esperanza (voz), Ángel Martí (bajo), Arturo (guitarra), Alberto Gambino (piano), Tito Romero (guitarra española) y Seido (percusión). Ambigú, Madrid, 6 de febrero.
Técnicamente, en una difícil misión, fueron salvando algunas de las muchas imperfecciones que surgieron: pérdidas de ritmos, fallos de compenetración entre voces y músicos, y detalles que sólo denotan falta de rodaje, razones fácilmente superables con tiempo, trabajo y tablas.
La Boa volverá a mostrar su música el próximo jueves en la misma sala, y puede ser una opción interesante el comprobar que hay músicos que buscan nuevos caminos olvidando el atajo de lo resultón.
Babelia
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