El ecumenismo religioso es el antídoto contra la guerra, según Hans Küng
Un compromiso activo entre todas las grandes religiones seria e antídoto más eficaz contra las guerras y crisis existentes en el mundo, según sostuvo ayer el teólogo suizo Hans Küng en una conferencia que dictó en el Foro Príncipe de Asturias, en Sevilla. Küng estima que las religiones tienen armas más poderosas que los líderes políticos, económicos y sociales para desterrar el odio y la violencia entre los hombres.
"La religión puede motivar, encender y prolongar guerras, pero también puede abreviarlas e impedirlas". Siguiendo en todo momento este hilo conductor, Küng abogó por lo que denominó "ecumene abrahamica" -compromiso activo entre musulmanes, cristianos y judíos- para hallar el camino de la paz en Oriente Próximo, modelo de conflicto bélico contemporáneo.Según el teólogo suizo, los dirigentes religiosos deben "aclarar los malentendidos, superar estereotipos de enemistad, abandonar el odio y recuperar lo que les es común". Küng considera que los aspectos afines en las grandes religiones mundiales son lo suficientemente fuertes como para poder prevalecer sobre las diferencias que gestan los conflictos.
"Todas las grandes religiones tienen una regla de oro, y ésta es la misma, al menos en los tres cultos monoteístas más extendidos: cristianismo, judaismo e islamismo: No hagas a los demás lo que no quisieras para tí", dijo Küng en su intervención.
Según el ponente, esta máxima compartida, además de ti muchas otras coincidencias, posibilita por sí sola un compromiso global entre las grandes religiones con el objetivo de lograr y mantener la paz.
"Razonable vía media"
El camino hacia el ecumenismo -y, por tanto, hacia la paz- requiere el hallazgo de lo que Küng denomina "una razonable vía media" entre los distintos cultos y ramas. "La religión puede llevar a millones de personas a una vía media entre la avaricia y el desprecio de los bienes, entre el hedonismo y el ascetismo, entre los placeres y el odio a los sentidos, entre fundamentalismo y falso progresismo", afirmó el teólogo.En este sentido, Küng se mostró contrario a excluir a los fundamentalistas de toda negociación o compromiso ecuménico: "Al fundamentalismo religioso no se lo puede vencer con una actitud de ataque directo, sino que hay que superarlo a partir de una actitud de comprensión y empatía", dijo.
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