Iberia estudia integrarse como filial con British Airways, Air France o Lufthansa
MIGUEL ÁNGEL NOCEDA Iberia se plantea seriamente la alianza con una de las grandes compañías aéreas europeas (British Airways, Air France o Lufthansa), tras las recomendaciones recogidas en el Plan Estratégico 1991-1996. Este plan prevé la alianza como uno de los pilares básicos de la estrategia del grupo aéreo público. La alianza con una de las grandes supondría, de hecho, la integración en su estructura organizativa. Iberia, además, baraja la posibilidad de agruparse con una compañía de tamaño similar (Alitalia o SAS), lo que tendería a un equilibrio de influencias. El plan también contempla que Aviaco vuelva a hacer vuelos internacionales dentro de Europa.
Los responsables de la compañía española, no obstante, asumen que "cualquier compromiso debe ser fuerte y estable". Asimismo, admiten, que, "si Iberia selecciona como opción la alianza con una compañía grande, la tendencia de futuro es el ser filializada". De hecho, Iberia negoció hace unos años con Lufthansa y Air France una triple alianza. Ahora, según fuentes del sector, hay más cercanía a British Airways, extremo que no ha podido ser confirmado en las fuentes consultadas del grupo público.A pesar de ello, dentro del grupo y del INI -su accionista universal- un amplio número de directivos se inclina por la fusión con una compañía de tamaño similar. Fuentes del grupo han reconocido que se han efectuado acercamientos con Alitalia y, en menor medida, con la escandinava SAS. De hecho, con la entidad italiana existen acuerdos para intercambiar pasajeros (Iberia cede plazas de vuelos a Iberoamérica a Alitalia y ésta lo hace con vuelos a Lejano Oriente a donde no va Iberia).
La formación de una alianza con un grupo europeo servirá, según el Plan Estratégico, "para mejorar la posición de Iberia frente a las condiciones básicas necesarias para su viabilidad". Las fuentes consultadas aseguran que un objetivo es mantener la autonomía, aún cuando se encuentre globlalizada. Los análisis del mercado hechos por Mac Kinsey -encargada de elaborar el plan-, han llevado a la conclusión de que la concentración de empresas cubriría la mayor parte de los objetivos de viabilidad de Iberia (dominio de rutas o de aeropuertos, mayor cobertura de los mercados para ofrecer mejor producto y aumentar la captación de demanda y aumento de tamaño), aunque no garantizaría la mejora de eficacia de la gestión comercial y operativa.
Aumento de la cuota
Paralelamente, Iberia quiere potenciar su posición dominante en las rutas iberoamericanas, que es su principal activo a la hora de negociar alianzas, y mejorarla en Europa. Según el escenario base del plan, el objetivo es pasar del 12% al 16% de la cuota de demanda de Europa mediante la recuperación de tráfico regular perdido y, sobre todo, la captación de pasajeros de vuelos charter. En Iberoamérica -gracias principalmente a la integración en el grupo de Aerolíneas Argentinas, Ladeco y Viasa- el objetivo es pasar del 67% al 80%. En las rutas asiáticas, se volcará en la política de alianzas comentada, manteniendo Japón. En el tráfico doméstico, Iberia predice una caída del 91% al 85%.
Iberia necesita ampliar su flota, que aumentará de los 132 aviones actuales a los 176.previstos para 1996. La renovación supone una inversión de casi medio billón de pesetas prevista por Iberia hasta 1996.
La reorganización contempla la alianza con compañías domésticas de EE UU (Northwest, American West, US Air) para hacer vuelos desde Miami.
Está previsto que Aviaco, especializada en vuelos domésticos, vuelva a volar a ciudades europeas desde puntos periféricos españoles. Viva, se centrará en vuelos turísticos.
¿Quiere alguna gran compañía aliarse con Iberia?
M. Á. N. El Plan Estratégico de Iberia evita, cuidadosamente, la falta de concreción. No obstante, también cuidadosamente, expresa la conven iencia de alcanzar alianzas y concentraciones en Europa, cuyo mercado está amenazado por las compañías norteamericanas. Pero primero hay que preguntarse cuál es la disposición que tienen los grupos que pueden abordarlas.
British Airways está volcada en la compra de la holandesa KLM, cuyo tamaño es parecido a Iberia, y, además, tiene que digerir Northwest en Estados Unidos, en cuyo mercado mantiene una lucha abierta con las compañías norteamericanas. A pesar de ello, su nombre ha comenzado a correr por los pasillos del INI y de Iberia.
Air France tiene que ordenar su estructura interna tras la incorporación de UTA y Air Inter y racionalizar su oferta a África, uno de sus mercados tradicionales. Asimismo, tiene serias opciones para quedarse con la belga Sabena, mientras mantiene un pacto de colaboración con la alemana Lufthansa.
Esta compañia, por su parte, ha tenido que cambiar su punto de mira desde la caída del muro. Se vio obligada a un giro de 180 grados y, ahora, está pendiente de la conquista del Este, lo que, entre otras cosas, genera problemas de disposición de aviones para otras aventuras.
Lo más sencillo, parece, es la alianza con Alitalia, de tamaño similar -incluso, inferior- a Iberia y que es defendida por algunos directivos como seguro de mayor autonomía. Con la empresa italiana hay mayores coincidencias en la estrategia común y se pueden complementar vuelos, pero pocos están seguros de la viabilidad económica de un aquerdo. De SAS apenas se habla, aunque podría ofrecer cobertura en el Atlántico Norte, así como su participación en Lan Chile (el 30%), con lo que Iberia daría otro paso en Iberoamérica.
Mientras tanto, la compañía española se enfrenta a otros problemas de calado. La presentación del plan coincide con el cierre de un ejercicio, en el que Iberia ha perdido más de 50.000 millones de pesetas, de los que de una parte importante se culpa a la guerra del Golfo. Los críticos de Iberia -que están dentro y fuera- asegiiran que sólo se pueden implicar unos 20.000 millones al conflicto, cifra equiparable a la de otras compañías vecinas. De hecho, el plan estratégico preveía unas pérdidas de 43.000 millones, que finalmente se ha disparado. Alguien tendrá que explicar por qué.
También coincide el plan con la decisión del INI de inyectar 120.000 millones de pesetas al capital de la compañía, que ya en 1984 recibió otros 93.000 millones. La aportación de los 120.000 millones ha generado las preguntas del comisario de la Competencia, Leon Brittan. Es evidente que esa cantidad puede suponer un alivio para que Iberia pueda hacer frente a la renovación de la flota y a su aventura americana.
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