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Una nueva Alcatraz en plena sierra

Si el tiempo, los tribunales y la opinión pública no lo impiden, dentro de poco los españoles en general, y los madrileños en particular, podrán contemplar un espectáculo inédito en plena sierra de Madrid, a sólo 20 minutos de la plaza de Castilla: un penal para más de 2.000 internos, construido en el término municipal de Soto del Real.Desafiando la oposición, no sólo de la población afectada sino la de todas las localidades circundantes, -Colmenar Viejo, Miraflores de la Sierra y Manzanares el Real, entre otras-, el ministerio de in-Justicia, con la complicidad y el aliento de la Comunidad de Madrid, acaba de presentar ante el Ayuntam lento de Soto del Real, la petición de licencia de obras para la construcción de un penal, destinado a sustituir a las cárceles de Yeserías y Carabanchel.

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La obra constituye un atentado ecológico de primera magnitud contra una zona que la propia Comunidad de Madrid no ha dudado en calificar justamente como proclama un cartel situado a pocos metros del proyectado penal, de "ruta de interés turístico".

Basten unos datos para dernostrar el aserto. Cuando el excursionista urbano, harto de cemento y de contaminación en la gran ciudad, se dirija a. buscar aires más puros y un paisaje limpio de edificaciones en Charcas Verdes o en las laderas que conducen a los puertos de Morcuera y Canencia se topará de golpe, al coronar una pequeña subida que conduce a la estación ferroviaria de Soto del Real- Manzanares, con una mole de 150.000 metros cuadrados edificados, en instalaciones de 16 me tros de altura, rodeada por un recinto amurallado de ocho metros de elevación y dos kilómetros y medio de perímetro.

Y, por si este delito contra la. naturale za no fuera todavía lo suficlentemente sangrante, los autores del nuevo Alcatraz (cárcel de gran seguridad situada en California) han dotado a la mole carcelarla de una torre de vigilancia de 67 metros de altura para que la Benemérita pueda cuidar de la vigilancia de los reclusos y, al mismo tiempo, deleitarse con la magnífica vista del pantano de Santillana y del Castillo de Manzanares, una de las joyas de la arquitectura medieval española, con el que la torre se encuentra en línea.

Naturalmente, el Ayuntamiento de Soto del Real va a negar la oportuna licencia de construcción. Las ordenanzas municipales son claras al respecto. La altura máxima permitida fuera del casco ur bano es de seis metros y, a la vista de los planos presentados, el penal conculca todas las normas establecidas.

El pueblo, como todos los de la zona, no cuenta con otra riqueza para su desarrollo, que la proporcionada por su paisaje. Gracias a él, una aldehuela, definida por su nombre original de Chozas de la Sierra, ha pasado a convertirse en menos de dos décadas en una de las localidades serranas preferidas por los madrileños.

Las excusas ofrecldas por los técnicos de la dirección general de Instituciones Penitenciarias y de la CAM en el sentido de que "en alguna parte hay que ubicar a las nuevas cárceles", no se tienen de pie. ¿Qué pasaría si las autoridades portuguesas decidieran edificar un penal cercano a Estoril, las francesas en St. Moritz, las británicas en Brighton o las americanas a un tiro de piedra de la playa de Miami? No pasaría nada porque simplemente no osarían presentar tal proyecto.

Como en Hamlet, "algo huele a podrido" en todo este tema, que debería movilizar de inmediato a las organizaciones verdes y ecologistas de toda la comunidad. Quizás el meollo de la cuestión radique en el hecho de que, curiosamente, el partido del gobierno central y del regional ha sido incapaz hasta ahora de sentar a sus hombres en las alcaldías de esa parte entrafiable de la sierra madrileña.

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