El ganadero Conde de la Corte denuncia el aumento del 'afeitado'
El nuevo reglamento pone en peligro la supervivencia del toro bravo
"Hoy se afeita más que nunca", es la afirmación rotunda de Luis Guillermo López Olea, heredero del Conde de la Corte y representante de esta histórica ganadería, que dirige personalmente desde hace cinco años. "Lo peor no es que se afeite tanto, sino que el fraude va en aumento, y acabará siendo generalizado si no toma medidas la Unión de Criadores de Toros de Lidia y si no se corrige adecuadamente la normativa del nuevo reglamento taurino"
.La ganadería del Conde de la Corte se encuentra en la finca Los Bolsicos, del término de Jerez de los Caballeros, en la provincia de Badajoz. Es un bello paraje de suaves ondulaciones salpicadas de encinas cercano al embalse de Valuengo y al puerto de Beltrama, y hay allí un clima sorprendente. Mientras España entera estaba hace unos días aterida de frío y caían copiosas nevadas, en estos entornos lucía un sol primaveral.
Los toros ya estaban prácticamente cuajados para la temporada. Seis corridas tiene dispuestas el Conde de la Corte, de las cuales una se lidiará en la feria de San Isidro de Madrid y otra en los Sanfermines de Pamplona. Todos los toros son cornalones, y tan limpios como los vimos en el campo saldrán al ruedo. Así lo garantiza el ganadero.
"Los toros no se afeitan si el ganadero no quiere", dice Luis Guillermo López Olea y matiza: "Hombre, yo sé que en los corrales de la plaza puede introducirse furtivamente alguien y afeitar toda la corrida, sin que el ganadero se entere. Pero después se descubre la fechoría porque el mayoral conoce perfectamente las reses y se da cuenta de que les han cortado los pitones".
Recuerda López Olea que allá por la década de los años cuarenta -toreaba Manolete- alguien afeitó (los toros condesos en la plaza de Valencia y el mayoral lo denunció. "Creo que fue el primer caso de denuncia de afeitado-, comenta, "y estoy seguro de que el fraude no habría prosperado si esta actitud se hubiese adoptado en todos los casos".
El heredero del Conde de la Corte señala excepciones: "Ni en nuestra casa ni en otras se permite jamás la manipulación. Claro que, entonces, algunos ganaderos tienen dificultades para vender sus toros, precisamente por este motivo. Es decir, que quienes cometen fraude están incurriendo, en competencia desleal. Y aquí debería intervenir seriamente la Unión de Criadores".
Precedente
"Hay un precedente sintomático", comenta Luis Guillermo López: "En la Unión estaba reglamentada la expulsión de los ganaderos que permitieran el afeitado y, sin embargo, en la última reforma de los estatutos se suprimió esta medida disciplinaria. Una decisión que no facilita, precisamente, la erradicación del fraude"'.La solución que pretende dar a este problema el anteproyeto de reglamento elaborado por el Ministerio de Interior suscita, asimismo, reparos en el Conde de la Corte: "Atribuye toda la responsabilidad al ganadero y tampoco es justo. La autoridad debería abrir en cada caso una investigación para ver quién fue el verdadero culpable".
"Me da la sensación", sigue diciendo López Oleal "de que ese anteproyecto se ha hecho sin asesoramiento de quienes conocen a fondo la lidia. Ahí tenemos, por ejemplo, cómo trata la suerte (le varas. Estoy de acuerdo en que no se puede establecer cuántas varas debe recibir un toro, pues todos son distintos. Pero decir que recibirán una, como mínimo, supone aceptar el monopuyazo, lo cual sería muy negativo parael desarrollo de las ganaderías".
Bravura
"Mire usted", continúa el ganadero; "la primera vara no es significativa de la bravura del toro, ya que casi todos la aceptan; en la segunda, en cambio, se empiezan a matizar sus características, y ya en la tercera, su reacción ante el castigo pone de manifiesto claramente el grado de bravura. Y estos son datos imprescindibles, que permiten al ganadero consolidar o corregir en el futuro el encaste de sus reses".Respecto a las funciones de la Unión de Criadores, López Olea tiene ciertos reparos: "Debe decidir si va a ser un club de amigos que se reúnen varias veces al año para comer o un auténtico órgano de gestión. La Unión ha hecho cosas muy acertadas que se deben, en buena parte, a su presidente, Juan Pedro Dornecq, y a su secretario, Jaime Sebastián de Erice. A título de ejemplo: la creación del libro genealógico; agilización de trámites burocráticos; reducción en un 17% de las reses a lidiar, para una mejor selección de los productos; defensa de nuestros derechos de imagen".
Sin embargo", añade Luis Guillermo López Olea, "tiene carencias con las que no estoy de acuerdo, como que no vaya formando jóvenes ganaderos para que releven a los viejos directivos; y, desde luego, su equívoca posición ante el fraude". La explica así: "Dicen que algunos toros pudieron salir drogados a la plaza. Yo no conozco ningún caso, pero nadie negará que muchas reses tienen un comportamiento extraño, y deberíamos ser nosotros los más interesados en que se analizaran sus vísceras para averiguar las causas. En cuanto al afeitado, de nada sirve estarlo negando sistemáticamente, como suelen hacer en la Unión. Antes al contrario, es su obligación depurar responsabilidades y acabar definitivamente
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