_
_
_
_

Multitudinaria manifestacion antirracista en París

"Blanco, negro, árabe, el futuro es de colores" fue uno de los lemas más coreados en la manifestación antirracista que ayer reunió en París a varias decenas de millares de personas. El sentimiento de que Francia es ya un país multirracial sacó a la calle a un heterogéneo cortejo. La primera parte del mismo condenó tanto el racismo de U Pen como las concesiones socialistas a los argumentos del líder ultraderechista. Al final del desfile, los socialistas, por primera vez en la calle en mucho tiempo, se centraron en la denuncia del líder ultraderechista.

Nueve años después de su irrupción en la escena política francesa y después de que la derecha democrática e incluso los socialistas en el poder hayan aceptado algunas de sus tesis sobre la inmigración, el Frente Nacional (FN) de Jean-Marie Le Pen empieza a encontrar una viva resistencia en la sociedad francesa. Esta semana, los mítines de Le Pen en Grenoble y Manos que han movilizado a millares de personas indignadas por la presencia del caudillo ultraderechista en sus ciudades.La manifestación parisiense de la tarde de ayer dió la medida del temor que el ascenso del FN provoca no sólo entre los inmigrantes, sino también en millones de franceses de pura cepa. Bajo un cielo azul y un frío intenso caminaron hombro con hombro jóvenes negros y árabes, viejos obreros comunistas, burguesas con abrigos de pieles y perritos en los brazos, socialistas bien instalados en la administración, masones del Gran Oriente de Francia, judíos de la Liga contra el Racismo y el Antisemitismo, feministas y homosexuales, héroes de la II Guerra Mundial y estudiantes izquierdistas.

Tres horas después de su comienzo, mientras muchos de los participantes habían llegado ya a la plaza de la Nación, otros no habían salido todavía de la de la Bastilla. Los organizadores avanzaban la cifra de 100.000 participantes y la prefectura de Policía confirmaba la presencia al menos de unas 60.000 personas.

Harlem Desir, presidente de SOS Racismo, encabezaba la marcha. Le seguía Georges Marchais, el viejo dinosaurio comunista. En torno a ellos varias pancartas proclamaban: "Desafío 92: Alto al racismo" y "El racismo es una afrenta nacional". Un oficial negro de la Policía Nacional, alto, digno y silencioso, se encargaba de garantizar la seguridad de la cabeza del denso cortejo humano.

La primera parte de la manifestación, la de las organizaciones que habían tomado la iniciativa de su convocatoria, era también un grito contra las concesiones que el poder socialista viene efectuando al Frente Nacional.

Un grupo de africanos gritaba: "Un techo también es un derecho".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Varios cientos de franceses e inmigrantes clamaban después contra los campos de internamiento que el ministro del Interior, Philippe Marchand, pretende establecer en las cercanías de las fronteras para almacenar a los extranjeros que lleguen a Francia solicitando asilo político. La impresión de que Francia ha endurecido sobremanera su espíritu liberal en materia de asilo político, dominaba a buena parte de los manifestantes.

La última parte de la marcha la constituía el fragmento socialista dirigido por los ex primeros ministros Michel Rocard y Laurent Fabius y el ex primer secretario del Partido Socialista, Pierre Mauroy. Los socialistas, decididos a hacer de la lucha contra el FN el gran tema de su campaña en las próximas elecciones regionales, se habían apuntado a la manifestación a última hora.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_