La 'nomenklatura' clandestina boicotea a Yeltsin
Ex funcionarios del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) tienen puestos claves en el equipo administrativo del presidente de Rusia, Borís Yeltsin, que les permiten organizar una eficaz resistencia a las reformas y ponen en peligro la supervivencia del actual Gobierno, encabezado por partidarios de acelerar la introducción de la economía de mercado.
Pérdida de documentos, bloqueo de ciertos decretos presidenciales y luz verde para otros, manipulación de textos ya firmados por Yeltsin, son algunos de los métodos que utilizan los todopoderosos ex comunistas para hacer que "el Gobierno, privado de un funcionamiento normal, caiga en un futuro próximo", se dice en un estudio preparado por RF-Polítika, un "centro de investigaciones independientes", como esta organización se autodefine.La nomenklatura clandestina toma el control de la administración del presidente de Rusia se llama el informe -a cuyo texto completo EL PAÍS ha tenido acceso y del que ayer dos periódicos rusos publicaban extractos- y lleva como subtítulo Las reformas bajo amenaza.
Después de analizar detalladamente los resultados de los primeros meses de gestión del nuevo Gobierno ruso, los expertos de RF-Polítika llegaron a la conclusión de que "a pesar de la aparente coordinación de las acciones en la dirección del poder ejecutivo de Rusia (...), el problema de la resistencia interior de la nomenklatura a las reformas democráticas, el problema de una división, profunda y de principios, en las filas de los políticos y funcionarios administrativos que rodean al presidente ruso hoy se ha agudizado como nunca antes".
'Malos de la película'
Los malos de la película son principalmente dos hombres que estuvieron relacionados con Yeltsin en la época en que éste era jefe del Partido Comunista de la Unión Soviética (el todopoderoso PCUS) en la provincia de SverdIovsk (la tierra natal de Yeltsin): Yun Petrov, jefe del gabinete del presidente, y Víktor Iliushin, jefe de su secretariado. Es por la "culpa, iniciativa y directa participación" de éstos por lo que en los meses anteriores "fueron bloqueadas la reforma de la administración del presidente y la formación del aparato de Gobierno de la Federación Rusa".Actualmente, acusan los expertos de RF-Polítika, trabajan en el equipo administrativo de Yeltsin ex funcionarios del Comité Central (CC) del PCUS (incluida gente "de esa peligrosa y secreta organización que era el departamento general del CC"), que fueron contratados en agosto-septiembre de 1991. Debido a ello, ciertos departamentos funcionan "como un coordinado mecanismo antigubernamental" y no es de extrañar que estén intervenidos "todos los teléfonos en los edificios del Gobierno y del Sóviet Supremo".
El mayor peligro, según RFPolítika, está en que hoy los intereses de Petrov, Iliushin y compañía coinciden objetivamente con los de otros grupos sociopolíticos que también desean hacer fracasar la labor reformadora del Gobierno.
Se trata ante todo del complejo de la industria militar, representado en la arena política por el vicepresidente de la república, Alexandr Rutskói -que se ha convertido en uno de los pilares de la economía sumergida y la corrupción administrativa"-, y de la "neonomenklatura burocrática", defendida por Ruslán Jasbulátov, el jefe del Parlamento ruso. Ambos han criticado acerbamente las medidas liberalizadoras del Gobierno de Yeltin. El segundo incluso pidió recientemente la renuncia del Gobierno ruso.
La administración del presidente, su secretariado, en franca alianza con la nomenklatura administrativo-económica local y en secreta unión con la clandestinidad comunista, trabajan por restablecer en todo su volumen el sistema ilegal, irresponsable, no controlado y no representativo de dirección antidemocrática", que existía antes y para el cual "el Gobierno, el presidente y los órganos de poder legislativo serán sólo una nueva superestructura ideológica-decorativa", asegura el documento que se ha presentado a Yeltsin y que ha sido filtrado presuntamente por gente de alguno de los actuales viceprimeros ministros.
Investigación fiscal
Los expertos que hicieron el informe, "en la dramática situación creada", consideran indispensable crear una comisión conjunta del Gobierno y del Parlamento para estudiar laspríncipales violaciones" cometidas por los funcionarios de la administración y secretariado de Yeltsin; encargar a la fiscalía que investigue la corrupción en los citados organismos; reformar inmediatamente la administración del presidente, -concentrando en las manos del Gobierno el control de la formación y actividad de todas las estructuras administrativo-auxiliares"; y el cese de Petrov, Iliushin y otros personajes.
Incluso antes de publicarse este informe, muchos políticos y observadores se han pronunciado por librarse de gente como Petrov e Iliushin, argumentando que se debe aprender la lección de lo sucedido con el ex presidente soviético Mijail Gorbachov, que tenía en su propio gabinete un nido de víboras.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.