El reconocimiento de Croacia abre camino a las críticas internas al régimen de Zagreb
El reconocimiento internacional de la independencia de Croacia acabó con el silencio de los críticos del régimen de Zagreb, guardado durante meses en nombre de los intereses nacionales. Entretanto, la agencia croata Hina denunció ayer un "violento ataque" del Ejército federal contra la localidad croata de Gospic.
El ataque contra la localidad de Gospic, a 200 kilómetros al sur de Zagreb, supone la primera violación del alto el fuego pactado el pasado 2 de enero que merece el apelativo de "violenta" por parte de la radio croata. Las mismas fuentes denuncian que el asalto de la infanteria federal, apoyado por la artillería, se prolongó durante más de dos horas.Ambas partes han denunciado hastas 400 violaciones del alto el fuego desde que se iniciará la última tregua, si bien todas ellas han sido calificadas de "menores". Serbios y croatas se han acusado mutuamente de romper el decimoquinto alto el fuego, por una parte, y de llevar a cabo nuevos despliegues de las tropas, por otra.
Los 50 oficiales de enlace de las Naciones Unidas, dirigidos, por el australiano John Wilson, alcanzaron ayer sus destinos finales en 11 localidades previamente acordadas. Su misión es asegurar la comunicación entre los adversarios bélicos, antes de la llegada de los cascos azules. Por esta razón, sus portavoces se negaron ayer a comentar las violaciones del alto el fuego.
Contra el nacionalismo
En el ámbito puramente político, el reconocimiento internacional de Croacia ha despertado a la oposición interna. "Serbia ya no puede ser la disculpa", es el títular del artículo central de la publicación Vjésnik, donde por primera vez se critica abiertamente el lenguaje nacionalista de los dirigentes croatas, quienes, en público, no hablan a los ciudadanos ni a las ciudadanas, sino a los croatas y las croatas.
Esta forma de hablar excluye a "un 20% de los residentes de Croacia". El artículo destaca la necesidad de que Croacia se aparte de la "mitomanía nacional y la interpretación folclórica de los intereses nacionales", señalando que hay que comenzar a solucionar "la cuestión de los serbios".
Vjesnik añade que la comunidad internacional reconoció a Croacia para "garantizar la paz y no para que continuara el infiemo de la guerra".
En un tono similar, Savko Dapcevic-Kucar, dirigente del partido opositor Partido Popular Croata, enfatizó: "Esperamos que la paz traiga más posibilidad de crítica, no tanto por la crítica en sí, sino por una Croacia europea".
Aunque el reconocimiento internacional de Eslovenia y Croacia proporcionó optimismo a los primeros y un cierto respiro político a los segundos -ya que una tercera parte del territorio croata no está bajo el control de Zagreb- Belgrado parece no aceptar la nueva realidad política.
El presidente de la autoproclamada república serbia de Krajina, Milan Babic, rehúsa permitir la entrada de los cascos azules en su territorio, aunque ésta haya sido acordada. Al mismo tiempo, Radio Belgrado comenta que el reconocimiento de los nuevos Estados independientes transformará los Balcanes en una hoguera bélica.
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