Derechos humanos

"Lamento que un diario que se define como independiente en su primera página haya aceptado cobrar y publicar como publicidad un llamamiento a que los ciudadanos españoles pongamos nuestro granito de arena para que, si es posible, se mueran de hambre nuestros hermanos cubanos". Este párrafo pertenece a la carta que Aurelio Tejera Rodríguez dirige al director de EL PAÍS con el ruego de que la traslade al defensor del lector, dado que la publicidad en cuestión (martes 10 de diciembre), a su juicio, "era engañosa".Tejera se refiere a un anuncio -remitido por la Fundación Liberal José Martí- sobre el asalto, el pasado noviembre, al domicilio en La Habana de la escritora cubana María Elena Cruz Varela por parte, decía, de una turba organizada por la Seguridad del Estado". María Elena, notificaba el comunicado publicitario entre otros detalles, fue "golpeada, arrastrada por los cabellos escaleras abajo" y "la hicieron tragar físicamente, 'en presencia del pueblo', los papeles que había escrito". Explicaba también que todo esto se debía a que la escritora "se atrevió a encabezar el Manifiesto de los intelectuales, documento en el que se solicitaba un diálogo civilizado entre el Gobierno y la oposición para entronizar la democracia en el país por vía pacífica". Al pie de la página publicitaria había tres recuadros: un boletín de protesta -contra los atropellos a los disidentes en Cuba-, para ser remitido a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y dos llamamientos, uno a los turistas, instándoles a que no viajen a Cuba -"donde el Gobierno arrodilla a una mujer indefensa"-, y otro a los inversionistas: "No subsidies con tu dinero a un régimen que atropella a los ciudadanos, no te hagas cómplice de esas canalladas; invierte en sociedades en las que el Gobierno no manda apalear a los poetas".

"Los derechos humanos son violados salvajemente en muchos países, sin excluir el nuestro", escribe Tejera, "y no es la mejor forma de luchar por ellos el imponer bloqueos o restricciones, que dan finalmente como resultado el pisotear otros derechos elementales, como son los que todo ser humano tiene a la vida y a la salud". "Dejemos en paz al pueblo cubano para que resuelva sus problemas y transforme su régimen político desde dentro", añade el lector.

¿Había engaño en el anuncio, como dice el lector que protesta? ¿Su publicación podía interpretarse en el sentido de que EL PAÍS daba su aquiescencia a un movimiento político que llama al bloqueo del régimen cubano? ¿Debió la dirección del periódico, en uso de su derecho de veto sobre todos los originales, incluidos los de publicidad, rechazar su publicación? ¿Por la vía comercial se trató de instrumentar al diario para una propaganda que promovía el aislamiento del régimen cubano?

De los daños brutales que sufrió María Elena Cruz Varela por parte de las llamadas Brigadas de Respuesta Rápida castristas, de su inmediata detención, encarcelamiento y posterior condena a dos años de prisión -dictada tras un juicio sumarísimo por un tribunal municipal- EL PAÍS publicó cumplida información a su debido tiempo. También, el pasado 8 de enero, el poeta y periodista cubano Manuel Díaz Martínez, en el artículo Crónica de un delito anunciado, detallaba la inhumana violencia de las agresiones sufridas por la escritora. No hubo engaño, pues, en los hechos que se anunciaban. Su veracidad está comprobada.

El director de EL PAÍS, Joaquín Estefanía, explica por qué autorizó la inserción del anuncio: "Este periódico ha publicado publicidad política en las más diversas ocasiones, en muchas de ellas protestando por la violación de los derechos humanos. En algunas de ellas, como en el caso de Suráfrica, en los momentos más duros del apartheid, también se pedía el bloqueo del comercio como una forma de lucha más contra el racismo". Estefanía agrega: "También, por ejemplo, en la guerra del Golfo, cuando Kuwait fue invadido por el Ejército de Sadam Husein, o en defensa de Salman Rushdie.

De este comportamiento del periódico tienen constancia los lectores desde que se creó. Su director señala asimismo: "Incluso en la práctica intemacional hay un cierto cambio en la aplicación del derecho de injerencia siempre que se trate de, derechos humanos. Creo, por tanto, que EL PAÍS no ha violado ninguna de sus normas".

En París, el 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad la Declaración de los Derechos Humanos. Dos años después, y también en Asamblea General, la ONU invitó a todos los Estados, y a cuantas organizaciones estuvieran interesadas, a observar el 10 de diciembre de cada año como Día de los Derechos Humanos. España e instituciones españolas lo observan. La publicidad que ha motivado la queja del lector Tejera se publicó precisamente el 10 de diciembre.