_
_
_
_

Irene Villa firmó autógrafos en Orcasitas

Irene Villa, la niña de 13 años que perdió las dos piernas en un atentado de ETA con coche bomba el 17 de octubre del pasado año, firmó ayer autógrafos en el estadio de Orcasitas en los mismos trozos de papel en que lo hacía el jugador madridista Emilio Butragueño. "Nunca pensé que fueran a pedir mi firma; me hace mucha ilusión", decía Irene. La de ayer fue la segunda,salida que hacía del hospital desde que Irene sufrió el atentado. La primera fue el domingo para presenciar la cabalgata de Reyes.La niña y su madre, María Jesús González, que perdió una pierna en el mismo atentado, presidieron un partido de fútbol, que reunió a 3.000 personas, para homenajearlas en Orcasitas. Ambas son conscientes de haberse convertido en el estandarte del rechazo popular al terrorismo.

Pasa a la página 2

3.000 personas, acudieron, al partido de homenaje a la niña mutilada en un atentado

Viene de la página 1El protagonismo en este último acto navideño, aunque viene de la fatalidd sufrida en octubre, agrada a Irene Villa, aunque también la aturde y cansa, según reconocen su familiares y amigos.

Según su madre, no es plenamente consciente del papel que le toca vivir: "Aunque tenga 13 años es muy cría. A veces se da cuenta, a veces no, de ser un símbolo". Ella, sin embargo, dice darse cuenta y estar a gusto con la gente alrededor. Está desbordada, añade, de los regalos que le han llegado de toda España.

El equipo de Orcasitas venció por 3-1 al Puerta Bonita, en un acontecimiento en que se dieron cita políticos, futbolistas del Atlético y del Real Madrid, la banda municipal y una chavalada tremenda que pudo ver a sus héroes del balompié.

La recaudación del partido, unos dos millones de pesetas, se entregará a la familia de Irene. Según unos amigos de la familia, en la cuenta bancaria abierta para ayudar a la familia de María Jesús González van recaudados unos 40 millones de pesetas.

El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, pasó el balón a José María Rodríguez Colorado, consejero de Política Territorial de la Comunidad de Madrid, en el saque de honor que dio comienzo al partido. El alcalde señaló que el público daba con su asistencia "el mentís más fuerte y más duro que pueden tener las acciones del terrorismo".

Al rato de comenzar el juego, la chiquillada presente empezó a chillar: "!Ahí viene Futre!". En la tribuna no cabía un alfiler, todos se aproximaban a coger autógrafos de los jugadores del Atlético que llegaban. Éstos entregaron a Irene Villa la camiseta de su equipo y la recaudación de su entrada en el partido.

Cuando la afición empezaba a desconfiar de la aparición de Emilio Butragueño -"está en las alturas, no sabe llegar a estos barrios" comentaba algún es céptico-, un clamor se elevó por el campo. El Buitre, Adolfo Aldana y Pedro Jaro, del Real Madrid, subieron a la tarima, y tras ellos una estela de niños. Butragueño señaló sobre María Jesús e Irene: "Nos dan ejemplo a todos con su comportamiento. Han sido muy fuertes y hay que ' dar las gracias por ello". Después en tregó un paquete a la madre, cuyo contenido no quiso desve lar. "Son bombones", decía María Jesús antes de abrirlo.

Butragueño triunfó

A partir de entonces, el lateral del campo donde estaba la tribuna no prestaba atención al partido. Todos miraban a los jugadores del Madrid. Centenares de entradas pasaron por las manos de Butragueño y de Irene para que los firmasen. Mientras, nadie se enteraba de los dos goles que marcó en ese largo rato el equipo de Orcasitas. Sin jugar en ese momento, Butragueño era la estrella del estadio.

Félix López Rey, vecino de Orcasitas y concejal de IU: estaba pletórico por la cantidad de gente que había acudido: "Esto demuestra que los barrios pueden organizar actos y convocar a la gente", concluía.

El domingo, mientras daba vida al personaje de Gaspar, López Rey había hecho toda la publicidad imaginable del partido de homenaje. Un jugador de la agrupación deportiva de Orcasitas, Enrique Casas, fue precisamente quien tuvo la idea de hacer un acto entrañable para Irene, ya que su mujer trabaja en el Gómez Ulla, donde aquélla está internada.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_