Disminuye la intensidad de la lucha en Yugoslavia
A la hora prevista ayer para la entrada en vigor del alto el fuego acordado por los contendientes en la guerra yugoslava bajo mediación de las Naciones Unidas, proseguían los violentos combates en diversos frentes. No obstante, con el paso de los minutos lasarmas parecían acallarse y era muy dificil vaticinar si llegará a ponerse un freno a la guerra que asuela Yugoslavia desde hace seis meses.
ENVIADO ESPECIALMinutos antes de las 18.00 horas de ayer, hora establecida finalmente para el cese de las hostilidades, el ejército serbio-federal prosiguió sus ataques con artillería y aviación que alcanzaron especial dureza en las ciudades dálmatas de Zadar, Sibenik y Biograd y aviones de combate sobrevolaron Zagreb. Se escucharon diversas explosiones violentas así como un intenso fuego de las baterías antiaéreas croatas.Prosigueron los ataques artilleros en Eslavonia oriental y en Banija. "Ya son muy pocas las ciudades croatas que no se hallan bajo alarma aérea o general", señalaba con amarga ironía un colaborador del Ministerio de Información.
Cuatro aviones de combate, que atacaron la ciudad de Varazdin, ya habían hecho sonar a mediatarde las alarmas aéreas en la capital croata. Cyrus Vance, el enviado especial de la ONU que logró establecer este nuevo acuerdo de alto el fuego entre el ejército serbio-federal y las fuerzas armadas croatas partió ayer hacia Lisboa para informar a Portugal, en su calidad de nuevo presidente de la Comunidad Europea sobre el estado de las negociaciones.
El optimismo de Vance
Vance informará al nuevo secretario general de las Naciones Unidas, Butros Ghali, sobre los planes para el despliegue de cascos azules en Croacia y Bosnia-Herzegovina en caso de que este alto el fuego sea respetado. A su partida de Belgrado, Vance se mostró optimista y colaboradores suyos manifestaron que, por primera vez, se percibe voluntad política de poner fin a la guerra. Según las fuentes, la cláusula en la que las fuerzas serbio-federales y croatas se comprometen a no responder a "provocaciones" podría limitar la capacidad de grupos extremistas de ambos lados para boicotear el proceso de pacificación.
Además, los colaboradores de Vance subrayaron que acciones violentas de estos gruposno serán consideradas un impedimento para el despliegue siempre que las fuerzas regulares serbio-federales y croatas acaten el alto el fuego. La población croata ha recibido en general este nuevo acuerdo con el mismo escepticismo con que acogió los catorce anteriores. La dirección política sin embargo, asegura creer que se ha producido un cambio cualitativo en la posición del régimen serbio y su aliado, el ejército federal y algunos sugieren que Vance ha jugado la carta norteamericana para presionar a estas fuerzas.
Vance habló más de media hora con Washington durante las negociaciones en Sarajevo del jueves y el presidente George Bush anunció poco después, que respalda plenamente los planes del enviado especial de la ONU y exsecretario de estado norteamericano.
"Con los acuerdos de alto el fuego nos pasa como con los hijos. Cuando tienes el primero eres inmensamente feliz, con el segundo te alegras, el tercero satisface. Pero el decimoquinto ya te arranca pocas emociones", decía al mediodía de ayer el jefe del batallón que defiende la primera línea del frente de Sisak. Mientras comentaba esto a EL PAIS, comiendo el rancho de judías a unos setecientos metros de las líneas serbias, una granada de mortero hacía explosión en las inmediaciones. Era la primera de un nuevo ataque artillero sobre Sisak y sus líneas de defensa que proseguía al cierre de esta edición.
A la espera de hechos
"Aquí no somos ni optimistas ni pesimistas, pero nadie puede esperar que a estas alturas confiemos en papeles, palabras o firma. Esperamos los hechos", añadió el comandante, hijo de madre croata y padre serbio y que, en la vida civil, es abogado.
Mientras, en Belgrado, las fuerzas serbias y montenegrinas aliadas con el régimen del presidente serbio Slobodan Milosevic se reunieron en una conferencia con el propósito de proclamar la tercera Yugoslavia. La oposición serbia boicoteó esta reunión en la que participaron los dirigentes serbios de las regiones croatas ocupadas por el ejército y la guerrilla serbia así como la dirección serbia de Bosnia-Herzegovina.
El vicepresidente de la extinta presidencia federal, el montenegrino Branko Kostic pidió el "rápido establecimiento de una nueva Yugoslavia como estado estable". A estos planes de una Yugoslavia bajo dirección serbia se oponen además de Eslovenia y Croacia, las repúblicas de Macedonia y la mayoría musulmana y croata de BosniaHerzegovina.
[Lord Carrington, enviado especial de la Comunidad Europea para Yugoslavia, manifestó ayer en Lisboa su intención de organizar la próxima semana una reunión en Bruselas con los representantes de las seis repúblicas yugoslavas].
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