Tránsito de pasajeros

Durante un periodo de 15 días he tenido la oportunidad de utilizar en nueve ocasiones los servicios del nuevo aeropuerto de El Prat, en Barcelona, en llegadas y salidas, tanto nacionales como internacionales.Como es apreciable a simple vista, el equipo de arquitectos no ha escatimado en gastos, pero, por desgracia, parece ser que toda su preocupación se ha concentrado en el factor estético de la obra, derrochando sin límites en mármoles, cristal y acero.

Quizá esté equivocado, pero creo que se han olvidado de una de las razones prioritarias de la existencia de los aeropuertos, consistente en facilitar el tránsito de los pasajeros que utilizan el avión como medio de transparte.

Sufro graves problemas de locomotividad, pero, dada la experiencia que por fortuna adquirí rápidamente, en uno de estos viajes, al recoger mi tarjeta de embarque a las siete de la mañana, solicité ayuda para trasladarme desde la planta de facturación de equipajes nacionales a la primera planta. Excuso relatarle la excursión, abriendo puertas cerradas con llave, atravesando salas y más salas, e incIuso teniendo -que salir al exterior del aeropuerto, a la zona de pistas, para poder llegar al que parece ser el único ascensor existente en aquella zona.

Aviso a navegantes. Prepárese a subir y bajar escaleras y recorrer pasillos como le recojan del avión con autobús en una llegada nacional. Si la llegada se hace a través de finger, las escaleras sólo las tendrá que bajar. Brillan por su ausencia las escaleras mecánicas, las cintas transportadoras y los ascensores.

Parece mentira que uno de los aeropuertos más nuevos que existen en el mundo, tan nuevo que todavía lo están terminando, sea tan poco funcional. Ni la comodidad ni las necesidades de los viajeros han merecido la más mínima consideración.

Conste que este cúmulo de incomodidades para el viajero,del que podría dar más ejemplos y que puede parecer un tanto subjetivo, viene avalado a un nivel bastante generalizado, tanto por comentarios de otros pasajeros como por los propios empleados del aeropuerto.

Me gustaría ver al equipo técnico responsable de la construcción del aeropuerto llegando en un vuelo internacional con su equipaje de mano y teniendo que enlazar con el puente aéreo. Si lo que pretendían era que los pasajeros se entrenaran olímpicamente para la prueba de maratón, lo han conseguido.-