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Los holandeses son los europeos que se jubilan antes

Isabel Ferrer

Los trabajadores holandeses se jubilan en este país antes que en ningún otro de Europa. En 1989 sólo un 24% de los hombres entre 60 y 65 años y un 71% de los que no habían cumplido 60 años permanecían en activo, mientras que 18 años antes, en 1971, trabajaban un 72% de los censados en el primer grupo y un 89% del segundo.Aunque las mujeres de 60 o más años apenas trabajan ya fuera de casa en Holanda, el mismo fenómeno se observa entre ellas. En 1989, un 8% de las mujeres recibía un salario fijo de su empresa, frente a un 12% en 1971.

Según OSA -organización pública dedicada a investigar el mercado laboral, y supervisora del informe que arroja estos datos-, frecuentes cambios tecnológicos y recortes presupuestarios transformaron el mercado de trabajo holandés de los años setenta y ochenta.

Retiros prematuros

Los más veteranos sufrieron entonces las consecuencias y se sumaron a las nóminas de la Seguridad Social o a los seguros de enfermedad. "La situación empresarial ha cambiado algo, pero muchos trabajadores identifican ya la jubilación anticipada o los retiros prematuros por enfermedad e invalidez con el final de su vida laboral", explica el informe.El estudio encargado por OSA pretende animar a los jubilados que están en la cincuentena a que regresen al mercado de trabajo. Un análisis exhaustivo de sus historiales ha demostrado en muchos casos que las exigencias de mayor movilidad o capacidad de adaptación establecidas por sus antiguos patronos ocasionaron marchas anticipadas y a veces precipitadas del trabajo.

El informe detalla el conflicto emocional que se producía entre los asalariados de mayor edad que perdían el control sobre su antigua función. "Si a ello unimos algún problema médico añade, "el alejamiento de la vida activa ha ido resultando inevitable". El informe señala también que la falta de autoestima se deriva en gran parte de la escasa formación teórica o educación general del trabajador que acabó marchándose.

La OSA apunta a una buena supervisión del empleado durante el tiempo que pide, por ejemplo, la baja por enfermedad. De este modo no perderá la confianza en sí mismo y regresará a su puesto. Y concluye: "Si bien las empresas dedican ahora poco tiempo a la idea de aumentar los contratos, sus directivos pueden ofrecer programas educativos y de formación a los trabajadores. Así les será más fácil seguir luego el ritmo de los cambios que una empresa pueda efectuar entre su personal".

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