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2.000 extranjeros purgan penas en cárceles tailandesas

Más de 1.900 extranjeros -ciudadanos de 17 países- están recluidos en prisiones de Tailandia, la mayoría de ellos acusados de narcotráfico, según Amnuay Sinthoppan, director general de Prisiones de aquel país. 20 de estos reclusos son españoles, de los que 18 están en la sórdida prisión de Lard Yao (uno de ellos, Agustín López Meroño, condenado a muerte). Los otros dos fueron arrestados hace 10 días y están en espera de juicio.Los españoles empezaron a viajar a Tailandia en busca de heroína en torno al año 1979. Poco a poco, las reatas de traficantes fueron en aumento, hasta alcanzar su máximo auge en 1986. Durante esa época fueron muchos los que cayeron en Bangkok o a su llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas.

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Hasta hace un par de años, dos inspectores pertenecientes al Servicio Central de Estupefacientes estaban agregados en la Embajada de España en Tailandia para actuar como enlaces con la policía de este país. Pero ambos agentes han sido trasladados a otros destinos considerados "más interesantes" para poder ejercer un mayor control del narcotráfico.

Triángulo de oro

Por lo general, los camellos que acuden a Tailandia se dirigían a Chiang Mai, una ciudad situada a 700 kilómetros de Bangkok, cerca del triángulo de oro (la zona fronteriza con Laos y Birmania donde se cultiva el opio). "El que no dispone de contactos, es decir, el que no pertenece a una organización, tiene muchas probabilidades de ser detenido", afirman fuentes de la policía española.Muchos de los que van a Oriente lo hacen en busca de la heroína número 4, un polvo de extraordinaria blancura y pureza. "El que consigue regresar a España sin problemas obtiene dos cosas muy apreciadas: quedarse con parte de la droga para su consumo y unos cuantos millones de pesetas de beneficio", relata un inspector. Las caravanas de traficantes españoles han disminuido porque ya no resulta rentable hacer tan arriesgado viaje desde que las mafias turcas que operan en España colocan la mercancía a precios muy bajos.

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